La portada del número 41 de nuestra revista parafrasea en imágenes aquellos versos de Lope de Vega que decían:
Vístense las plantas
de varias sedas,
que sacar colores
poco les cuesta.
La portada del número 41 de nuestra revista parafrasea en imágenes aquellos versos de Lope de Vega que decían:
Vístense las plantas
de varias sedas,
que sacar colores
poco les cuesta.
«Este quinteto representa la música que pasa por las calles de Madrid al atardecer, desde la campana del Ave María hasta la retreta… Esta pieza es absolutamente inútil e incluso ridícula fuera de España, ya que quienes la escuchan nunca pueden entender su significado y los músicos no pueden tocarla como se debe«.
Luigi Boccherini
Es habitual que en este día, conforme con la tradición, en la Gatera de la Villa gastemos alguna inocentada. Hoy no vamos a hacerlo; en su lugar hablaremos de una inocentada involuntaria causada por la inveterada y extendida costumbre que tienen algunos de plagiar sin citar la fuente ni mucho menos investigar los datos que se presentan. Vamos a hablar de las falsas coplillas a León de Armenia.
Os presentamos el número 40 de nuestra revista, La Gatera de la Villa. El Panteón de Hombres Ilustres, la iglesia de San Pedro el Viejo, la historia de los mercados en Madrid o la figura de Emilio Carrere son sólo algunos de los temas que tratamos en él. Además, dentro de nuestra sección El Gato Lector, entrevistamos a la escritora Mónica Moreno Fernández Santa-Cruz, cuya novela «Otoño y nueces» nos traslada al Madrid de la Guerra Civil.
Hace varios meses denunciábamos desde la presente instancia el pésimo estado de conservación y mantenimiento que mostraban los muros de contención y pretiles que configuran la Cuesta de la Vega.
Hoy retomamos este tema con la gratificante noticia de que el Ayuntamiento, haciendo honor a la palabra dada de proceder a su consolidación y restauración, efectivamente han comenzado los trabajos para este fin.
El pasado fin de semana del 21 y 22 de noviembre, tuvimos ocasión de inspeccionar sucintamente los trabajos de reforma que se vienen efectuando conjuntamente en la plaza de España, y calles de Bailén y de Ferraz. En concreto, nos centramos en el punto de confluencia de las últimas calles referidas con la cuesta de San Vicente. Y esto es debido a que es la zona cuya reforma está resultando más polémica y desencadenante de acalorados debates.
Es la que podemos contemplar estos días en la confluencia de la calle de Génova con la plaza de Colón. La instalación de esta impresionante maquinaria ha obligado a desviar durante unos días el tránsito de vehículos por las calles de Monte Esquinza y del Marqués de la Ensenada.
Este grupo escultórico, situado en la Dalieda de San Francisco, es el único que queda de los cuatro que esculpió Santiago Costa para adornar el pilón de la fuente de Villanueva, diseñada por el arquitecto Victor D’ors, que en 1952 se colocó en la glorieta de San Vicente. Actualmente, sin el pilón original, la fuente está en paseo de Camoens.
“No, ésta no es la iglesia primitiva: hubo otra anterior, más cerca de Puerta Cerrada, que luego se trasladó aquí”. Así se afirma en toda tertulia informada que se precie, en libros y blogs que recogen ecos de otros ecos anteriores sin plantearse –¿para qué?– si la voz primera era cierta, y, ya al pie del propio –y resignado– templo actual, altavoz en mano y al cobijo de un paraguas de color, en atropellados paseos guiados a lo largo de nuestras calles más antiguas.
no es publicidad sobre su bien hacer, es crimen.
no es información sobre tanta inexistente verdad, es complicidad.