De la mano de una joven estrella de cine y TV damos hoy un vistazo crítico al Madrid de la década de 1980. Según algunos, un epicentro de vanguardias culturales. Según otros, un pozo de degradación. En realidad, elementos de ambas cosas y de otras muchas. Metrópoli en la que en muy poco tiempo, una persona podía saltar a la fama o acabar cargando con fallos estructurales de todo un país.
Desde el Pirulí de la M-30 se divisa un país lleno de ilusiones de cambio. Da sus últimos coletazos el “Alcázar”, diario nostálgico de los patrioterismos trompeteros. Extinguido está ya el “Triunfo”, semanario de los intelectuales que habían traído los nuevos aires. Acrobáticos cambios de chaqueta de un ámbito a otro, y mientras, la gente opta por una tercera vía, la de pasarlo lo mejor posible bailando con los Ultravox, y riendo con los nuevos humoristas. Romeu y los pinceles de “El Jueves” rivalizan con los históricos Mingote y Forges.