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Reforma del entorno de la Plaza de España. Impresiones personales de un paseante

El proyecto nominado Welcome Mother Nature  obra del estudio de arquitectura encabezado por Fernando Porras Isla-Fernández, Aránzazu La Casta Muñoa y Lorenzo Fernández-Ordóñez Hernández, ha puesto patas arriba durante casi tres años el entorno urbano integrado básicamente por la plaza de España, y calles de Bailén y Ferraz, pero afortunadamente ya es prácticamente una realidad absolutamente tangible. A falta de rematar los trabajos en los Jardines de Sabatini, y flecos puntuales en el resto del entorno, los ciudadanos ya pueden volver a pasear por sus viarios y valorar si los resultados materializados satisfacen sus expectativas.

Inaugurado de manera parcial el pasado 22 de noviembre de 2021, tras algo más de dos años y medio de trabajos, el proyecto de reforma ha afectado principalmente a la plaza de España, calles de Bailén, Ferraz, Princesa, y cuesta de San Vicente.

Aprobado el proyecto Welcome Mother Nature en el año 2017, bajo el equipo de gobierno municipal presidido por Dª Manuela Carmena, tras un proceso de selección en el que se demostró un bajo interés participativo por parte de la ciudadanía madrileña, hemos de indicar que no fue el mayoritariamente votado, ya que la mayoría de los participantes optaban por alguno de los varios proyectos que propugnaban la desaparición del paso elevado,  constituyendo el incremento de costes que producía esta característica uno de los factores determinantes para su desestimación. Así pues, el paso elevado se mantendría; eso sí, debidamente peatonalizado.

En nuestra particular opinión, el mantenimiento del paso elevado en lugar de su supresión con la posible recuperación de las cotas de nivel originales, ha condicionado y, estimamos, lastrado, el desarrollo y el resultado final de los trabajos.

Algunas deficiencias y bastantes virtudes.

El incremento en superficie de la losa del paso elevado hacia el oeste (foto 1), priva definitivamente a los ciudadanos, situados en la perspectiva de la parte superior de la cuesta de San Vicente, de la visión del edificio de la Real Compañía Asturiana de Minas, del que solo se aprecian la torre central y la torre lateral occidental. Otro inconveniente, de índole practica y no nimio precisamente, lo ha supuesto la posibilidad anteriormente existente de atravesar peatonalmente el paso elevado por su parte inferior. En su lugar se ha habilitado un carril-bici, obligando a los peatones a acceder forzosamente a la plaza de España accediendo a la misma por medio de sus escalinatas o de su ascensor.

Vista general del paso elevado peatonalizado, y lateral de la escalinata de acceso.
Foto 1: Vista general del paso elevado peatonalizado, y lateral de la escalinata de acceso.

Volviendo a la cuestión panorámica, podemos contemplar el gran paramento de ladrillo, parcialmente placado en granito, que delimita la gran escalinata de acceso desde la cuenta de San Vicente a la plaza de España y calle de Bailén. Al margen de la consideración estética de la misma, que estimamos más que dudosa, nos resulta especialmente llamativo que una obra que apenas acaba de rematarse muestre esas grandes manchas de humedad, posiblemente originadas en la gran jardinera en la que se han colocado plantas enredaderas con cuyo crecimiento se busca cubrir la mayor parte de este muro. Es fácil comprobar que no se ha efectuado la plantación con la suficiente premura, ya que los descerebrados aficionados a contaminar estéticamente nuestras ciudades con horrorosos chafarrinones difíciles de limpiar han comenzado a dar muestras de su manifiesto incivismo y falta de educación.

El acceso a la plaza de España y calle de Bailén desde esta zona superior de la cuesta de San Vicente se puede, pues, efectuar por medio de esta gran escalinata (foto 2)  compuesta por seis tramos de diez escalones cada uno; total, 60 escalones. Nula accesibilidad general en este caso.

Perspectiva de la escalinata meridional de acceso a la plaza de España y calle de Bailén desde la cuesta de San Vicente.
Foto 2: Perspectiva de la escalinata meridional de acceso a la plaza de España y calle de Bailén desde la cuesta de San Vicente.

Para las personas con movilidad reducida existe la alternativa de cruzar la cuesta de San Vicente, hacia su acera septentrional, en la que encontramos dos modalidades de acceso (foto 3), una escalera en ángulo y un ascensor, ambos debidamente vandalizados antes de que se haya entregado la obra.

 Escalera y ascensor de acceso a la plaza de España desde la cuesta de San Vicente.
Foto 3: Escalera y ascensor de acceso a la plaza de España desde la cuesta de San Vicente.

Asimismo, se ha instalado un nuevo ascensor en el muro de contención norte de los jardines de Sabatini (foto 4), con el objeto de facilitar el acceso a los mismos desde la cuesta de San Vicente.

Nuevo ascensor que comunica la cuesta de San Vicente con los jardines de Sabatini.
Foto 4:Nuevo ascensor que comunica la cuesta de San Vicente con los jardines de Sabatini.

Superada la barrera urbana que constituye el paso elevado, nos hallamos ante una amplia explanada despejada que permite la contemplación de la plaza de España,  del edificio homónimo y de la Torre de Madrid (foto 5).

Vista general de la plaza de España desde su ámbito meridional.
Foto 5:Vista general de la plaza de España desde su ámbito meridional.

Esta favorable impresión, se ve rápidamente desvirtuada al girar levemente la mirada hacia la derecha para encontrarnos con el siguiente panorama (foto 6): cuatro enormes chimeneas de ventilación de hormigón, placadas de tiras de granito, que ocultan inmisericordemente el moderno hemiciclo del Senado. Nos preguntamos, si hallándose como se hallan dentro de un parterre de futuro ajardinamiento era imprescindible que esos conductos de ventilación deban alcanzar semejante envergadura, y si no se podrían haber abierto a nivel de rasante. Lo que es verificable en el momento actual es que, aparte de tapar el hemiciclo senatorial –que a muchas personas no les causa una impresión estética demasiado favorable- estas chimeneas se han convertido en fantásticas pizarras en las que las bestias analfabetas pueden ejercer su derecho a la libre expresión de sus ínfulas artísticas a costa de la estética y del destrozo sacrílego de los bienes comunes que pagamos todos los ciudadanos de pro de los que consecuentemente tendríamos derecho a disfrutar sin semejantes interferencias.

Chimeneas de ventilación, ya debidamente vandalizadas, que ocultan parcialmente el ábside del moderno hemiciclo del Senado.
Foto 6: Chimeneas de ventilación, ya debidamente vandalizadas, que ocultan parcialmente el ábside del moderno hemiciclo del Senado.

En esta misma zona podemos ratificar el hecho de que, al no eliminarse el paso elevado y no recuperarse las cotas originales, es imposible obtener una fotografía completa del precioso edificio conocido como Real Compañía Asturiana de Minas (foto 7). La armónica arquería de su planta baja queda parcialmente oculta por la cota sobreelevada, privándonos con ello de admirar las correctas proporciones del edificio.

Vista del edificio que fue sede de la Real Compañía Asturiana de Minas.
Foto 7: Vista del edificio que fue sede de la Real Compañía Asturiana de Minas.

Los arquitectos responsables de la reforma de todo este ámbito, haciendo honor al nombre de su proyecto Welcome Mother Nature, a la vez que han plantado nuevo arbolado, han procurado conservar la totalidad del existente, si bien el nuevo trazado de los viales a veces entraba en contradicción con la situación del mismo, llegando a la solución de que algunos de los nuevos caminos han de rodear los árboles cuya subsistencia han considerado necesaria (foto 8).

Vista de uno de los nuevos caminos que engloban en su trazado el arbolado preexistente.
Foto 8: Vista de uno de los nuevos caminos que engloban en su trazado el arbolado preexistente.

Es de agradecer que en todo el recorrido del renovado ámbito urbano se hayan instalado los correspondientes pisos podotáctiles de guía de los invidentes (foto 9).

Guía podotáctil que rodea el árbol que se halla en medio del sendero.
Foto 9: Guía podotáctil que rodea el árbol que se halla en medio del sendero.

A pesar de este aspecto positivo, no podemos dejar de mostrar cierta estupefacción, cuando siguiendo uno de los recorridos de este sistema de señalización enfocado a los ciegos, nos encontramos con la situación de que uno de estos senderos, en lugar de rodear por cualquiera de sus lados el árbol de turno, no sólo no lo hace, sino que parece “sumergirse” bajo el enorme bordillo de granito que lo rodea, para “reaparecer” unos metros más allá (foto 10). Esta increíble deficiencia de diseño y ejecución, está siendo subsanada en estos momentos, con el correspondiente nuevo levantamiento del pavimento y recolocación adecuada del sendero podotáctil. Nos cuesta imaginar la razón de por qué no se colocó adecuadamente desde un principio.

El sendero podotáctil, sorprendentemente, se “sumerge” bajo el parterre del árból, para reaparecer nuevamente unos metros más allá.
Foto 10: El sendero podotáctil, sorprendentemente, se “sumerge” bajo el parterre del árbol, para reaparecer nuevamente unos metros más allá.

Otro de los aspectos más controvertidos del proyecto de reforma ha sido el tratamiento efectuado al Monumento a Cervantes (foto 11 A), al que se ha despojado de la lámina de agua que tan icónica resultaba para ser inmortalizada fotográficamente por cualquier visitante de nuestra ciudad. En su lugar se ha dispuesto un parterre de forma triangular irregular que espera su definitivo ajardinamiento, y del que hay que agradecer que se hayan retirado algunos arbolillos de reciente plantación que obstaculizaban la visión completa del monumento.

Monumento a Cervantes con el nuevo parterre en su frente.
Foto 11 A: Monumento a Cervantes con el nuevo parterre en su frente.

Así y todo, nos preguntamos si no sería posible restituir la lámina de agua, que en este caso resultaría de una extensión menor que la anterior pero que, creemos, dotaría de una mejor prestancia al monumento (foto 11 B).

Recreación del Monumento a Cervantes con una nueva lámina de agua.
Foto 11 B: Recreación del Monumento a Cervantes con una nueva lámina de agua.

El ánimo del equipo de arquitectura por salvaguardar el mayor número posible de árboles existentes con carácter previo a la reforma ha conducido a soluciones que se nos antojan, como mínimo, algo discutibles. Así, al salvar el arbolado de alineamiento norte de la plaza, compuesto de añosos plátanos de sombra, se ha llegado a la “solución” de envolver en grandes maceteros dos de sus ejemplares (foto 12), obstaculizando una de las salidas septentrionales del jardín de la plaza, con el lógico entorpecimiento peatonal en caso de que hubiera que evacuar la plaza con carácter de urgencia.

Imagen del arbolado de alineamiento, que forma un embudo o estrechamiento en la salida septentrional de los jardines de la plaza de España.
Foto 12:Imagen del arbolado de alineamiento, que forma un embudo o estrechamiento en la salida septentrional de los jardines de la plaza de España.

Podemos seguir enumerando algunos de los elementos disfuncionales que trastocan la visión estética de la nueva plaza de España. A título de ejemplo, y en rápida enumeración: claraboya de iluminación del nivel inferior de la plaza (foto 13); al aparecer vandálicamente destrozada a la semana de su instalación en medio del parterre de césped, se ha recurrido a la solución de rodearla de una barandilla de más que dudosa estética.

Claraboya protegida del vandalismo por una “jaula-barandilla”.
Foto 13: Claraboya protegida del vandalismo por una “jaula-barandilla”.

Seguidamente, podemos contemplar una estación meteorológica (foto 14). A la semana de instalarse, ya aparece debidamente “decorada” por los nativos de Puercolandia; y, por si fuera poco, la parte trasera ya se está utilizando por ingeniosos marranos como mingitorio improvisado.

Subestación meteorológica, vandalizada a apenas una semana de su instalación.
Foto 14: Estación meteorológica, vandalizada a apenas una semana de su instalación.

A continuación, no podemos dejar de admirarnos ante la reciente instalación de esta llamativa hilera de armarios técnicos (foto 15), finamente decorada por los puercos del rotulador y del “spray”. Afortunadamente, en estos últimos días el Ayuntamiento ha recubierto piadosamente los armarios de una jaula antivandalismo, similar a las existentes en Madrid Río; eso sí, sin eliminar los grafitos ni los carteles invasivos pegados a los mismos.

Hilera de armarios técnicos. Hace escasas fechas se han recubierto de una jaula “antivandalización”.
Foto 16: Hilera de armarios técnicos. Hace escasas fechas se han recubierto de una jaula “antivandalización”.

La falta de acuerdo entre la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid, impidió dar una solución satisfactoria a la salida de emergencia de Metro existente en la plaza de España (foto 16). Al quedar la misma deprimida en relación a la rasante que la rodea, se ha recurrido a la chapucera solución de cercarla por tres de sus lados de un gran bordillo de granito, que, eso sí, puede cumplir también la función de banco.

Salida de emergencia de Metro deprimida en relación a la rasante del terreno en que se abre y cercada de granito.
Foto 16: Salida de emergencia de Metro deprimida en relación a la rasante del terreno en que se abre y cercada de granito.

Tratamiento de hitos urbanos y restos arqueológicos.

Fuente “El Nacimiento del Agua”, en su actual emplazamiento frente al Templo Nacional de Santa Teresa de Jesús y San José.
Foto 17: Fuente “El Nacimiento del Agua”, en su actual emplazamiento frente al Templo Nacional de Santa Teresa de Jesús y San José.

Entre los elementos tradicionales que configuraban la plaza hasta su actual reforma destacamos la fuente “El Nacimiento del Agua” (foto 17). Diseñada por el arquitecto Manuel Herrero Palacios (1911-1992), siendo las esculturas obra del murciano Antonio Campillo (1925-2009), se inaugura en 1974, instalándose entonces en el borde oriental de la plaza de España. Con la reciente reforma, la fuente, también conocida como de “las Conchas” por las dos gigantescas valvas de bronce de vieiras, sobre las que dos ninfas, también broncíneas, derraman el agua de sendos jarrones, fue desmontada y reinstalada frente al Templo Nacional de Santa Teresa de Jesús y San José. El ámbito actual en el que se halla la fuente resulta más recoleto y dota de mayor interés al ámbito en que se encuentra, ya que en su ubicación anterior, más expuesta al incesante tránsito de vehículos que discurrían entre la Gran Vía y la calle de la Princesa, quizá no resultara tan acogedor para los paseantes en general. Quizá sí hubiera sido deseable acentuar la distancia entre la fuente y la fachada principal del templo y convento (foto 18), ya que el paso entre ambos, aunque suficiente para el tránsito de personas y vehículos de residentes y servicios, hubiera resultado más desahogado.

 Ámbito de tránsito peatonal y rodado entre la fuente y el convento.
Foto 18: Ámbito de tránsito peatonal y rodado entre la fuente y el convento.

Otro elemento recuperado de la anterior configuración urbana es la pequeña fuente neobarroca (foto 19) que anteriormente presidía el atrio de acceso al anteriormente verjado jardín de Sabatini, y que en un emplazamiento muy próximo, se ha colocado en la cumbre de la nueva escalinata de acceso desde la cuesta de San Vicente.

Imagen de la nueva fuente situada junto a la reinstalada puerta de acceso a los jardines de Sabatini.
Foto 19: Imagen de la nueva fuente situada junto a la reinstalada puerta de acceso a los jardines de Sabatini.

Prácticamente en el mismo lugar que ocupaba la mencionada fuente neobarroca, se ha instalado otra de nueva creación, antecediendo a la reinstalada puerta de acceso a los jardines de Sabatini (foto 20). No deja de llamar la atención el mínimo espacio existente entre fuente y puerta, justificado por los autores del proyecto en que la puerta ha dejado de ser tal, al estar desprovista de verjas laterales, y haberse convertido en un hito arquitectónico sin funcionalidad práctica.

Puerta de acceso a los jardines de Sabatini
Foto 20: Puerta de acceso a los jardines de Sabatini

En la misma calle de Bailén, se ha dispuesto en el pavimento, en las inmediaciones del acceso occidental a los jardines de Sabatini un delineamiento trazado con bandas de bronce (foto 21) en el que se ha grabado un texto explicativo en castellano e inglés de las modificaciones experimentadas en la zona desde 1782, fecha de finalización de la construcción de las desaparecidas Reales Caballerizas de la Regalada, diseñadas por el arquitecto palermitano Francesco Sabatini (1721-1797), hasta 1931. El referido trazado delinea en planta los grandes contrafuertes que reforzaban la gran plataforma sobre la que se edificó el gran conjunto de las caballerizas.

Vista del gran muro y contrafuertes diseñados por Sabatini para sustentar las desaparecidas Reales Caballerizas. (Foto: Julio Real)
Foto 21:Vista del gran muro y contrafuertes diseñados por Sabatini para sustentar las desaparecidas Reales Caballerizas. (Foto: Julio Real)

Estos importantes restos arqueológicos aparecieron con motivo de las obras de prolongación del túnel de la calle de Bailén (foto 22) y, por desgracia, no se han conservado en su integridad. Los condicionantes del proyecto urbanístico y arquitectónico determinaron que se rebajaran las rasantes del borde occidental de la calle de Bailén para aproximarlas topográficamente al nivel de la plataforma nororiental de los  jardines de Sabatini, en una suerte de continuidad con el ajardinamiento efectuado en la calle de Bailén. Como consecuencia de esta nivelación topográfica, se han demolido varios de los impresionantes contrafuertes dieciochescos, y los sobrevivientes han sido desmochados. No obstante, hay que esperar a la publicación del informe arqueológico correspondiente a todo este ámbito, ya que no sería del todo imposible que estos impresionante muros y contrafuertes, de característico aparejo toledano, pudieran en origen haber sido aprovechados de la cimentación original de la dependencia del Real Alcázar conocido como “picadero de los Austrias”, edificado bajo el rey Felipe IV, en el siglo XVII.

Mirador abierto en el pavimento para la contemplación del gran muro y contrafuertes dieciochescos.
Foto 22: Mirador abierto en el pavimento para la contemplación del gran muro y contrafuertes dieciochescos.

En el proyecto original se preveía el acceso público al nivel subterráneo para poder contemplar este gran muro y alguno de sus contrafuertes, pero los condicionantes de seguridad impiden que esta circunstancia vaya a ser una realidad, ya que el ámbito es muy reducido –poco más de 77 metros cuadrados- y su acceso sería por medio de una escalera vertical. Para consolarnos, los responsables del proyecto han diseñado un mirador exterior (foto 23) al que se han olvidado de poner los correspondientes respiraderos, ya el cristal aparece interiormente empañado, o cubierto de humedad por condensación, lo cual dificulta enormemente la contemplación de los restos arqueológicos.

Restos arqueológicos aparecidos a lo largo de la calle de Bailén (Foto: Julio Real).
Foto 23:Restos arqueológicos aparecidos a lo largo de la calle de Bailén (Foto: Julio Real).

Los contrafuertes no constituyeron los únicos restos arqueológicos aparecidos. Durante las excavaciones previas a la prolongación del túnel de Bailén aparecieron variadas estructuras edilicias (foto 24), que no se corresponden con las salvadas y en proceso de musealización del parcialmente demolido palacio de los Secretarios de Estado (más conocido actualmente como palacio de Godoy), y de las que esperamos ansiosamente la publicación del correspondiente informe arqueológico. Desconocemos si tienen menos trascendencia que los sótanos que han decidido conservase. Por su situación podemos especular que se correspondan con dependencias del cercano Convento de la Encarnación, que en el siglo XVII llegaban hasta este ámbito, como asimismo se apreciaban algunas canalizaciones y conducciones de agua realizadas a lo largo del siglo XVIII. No obstante, la solidez y buena apariencia constructiva de algunos de los restos aparecidos pudieran tener relación con edificaciones mayor relevancia que sencillas construcciones accesorias monacales y posiblemente de mayor antigüedad. En fin, habrá que estar a lo se determine en el informe arqueológico, y de esta manera se terminará con las especulaciones acerca de si la obra merecía o no la eliminación inmisericorde de todas las antiguas estructuras aparecidas con la notable excepción de los ya célebres “sótanos de Godoy”.

Gran placa de mármol con el plano de la manzana urbana parcialmente demolida en su frente occidental entre 1931 y 1932.
Foto 24: Gran placa de mármol con el plano de la manzana urbana parcialmente demolida en su frente occidental entre 1931 y 1932.

Volvemos a estos restos arqueológicos, a los que si se ha considerado con la entidad histórica y patrimonial suficiente para ser salvados. La planta baja y los sótanos del parcialmente subsistente palacio de los Secretarios de Estado –actualmente, sede del Centro de Estudios Políticos y Constitucionales– se han cubierto con una estructura de arcos fajones de acero, cerrado por planchas metálicas, y cubierto por tierra vegetal, ampliando la superficie con una gran sala para eventos y exposiciones culturales. Últimamente en su ladera alomada occidental, ya ajardinada, se ha colocado una gran placa de mármol, bellamente labrada, en la que se reproduce el plano urbano de la manzana que actualmente engloba el referido palacio de los Secretarios de Estado, y el Senado, el clásico y su ampliación moderna (foto 25). Hay que agradecer a los autores del proyecto que en el plano referido al palacio de los Secretarios de Estado se haya delimitado mediante una línea la zona del mismo que fue demolida entre 1931 y 1932, al poco de proclamarse la II República, con objeto de ensanchar la anteriormente angosta calle de Bailén. Lo que ya no tuvo tanta justificación, fue la demolición, efectuada en el mismo bienio, del gran conjunto arquitectónico de la Reales Caballerizas de la Regalada, cuyo solar ocupan actualmente, los jardines de Sabatini.

Vista de conjunto del bastión del cuartel de San Gil, tras su extracción del subsuelo y posterior montaje.
Foto 26: Vista de conjunto del bastión del cuartel de San Gil, tras su extracción del subsuelo y posterior montaje.

El último hito arqueológico que queremos resaltar, y que debemos alabar que se haya salvado y puesto en valor, se corresponde con un bastión hemisférico militar del antiguo cuartel de San Gil (foto 26). Construido en sílex y ladrillo, su planta semicircular se abre en varios arcos de medio punto, habiendo aparecido dos secciones casi completas. Apareció con motivo de las obras de prolongación del túnel procedente de la calle Bailén, en concreto en la embocadura de la actual calle de Ventura Rodríguez. Su situación, atravesado en medio del túnel impedía su conservación “in situ”; o se demolía o se trasladaba.

Afortunadamente, se optó por su conservación, ejecutándose los delicados trabajos de desmontaje y vuelta a montar en el jardín aledaño de la calle de Ferraz, a apenas 50 metros de distancia de su emplazamiento original, bajo la dirección del arqueólogo y restaurador soriano Miguel Ángel López Marcos. No podía haber caído este trabajo en mejores manos: entre otros muchos trabajos, López Marcos es director responsable de la reconstrucción de la estatuaria monumental del templo de Amenofis III en Luxor (Egipto). La experiencia acumulada en el desmontaje y traslado de conjunto edilicios colosales como son los egipcios –indicar que también fue el responsable del traslado de los “colosos de Memnón”- ha sido clave a la hora de emprender un trabajo en una estructura tan delicada a priori como la presente en el que se combinaban el ladrillo, el sílex, la caliza y la argamasa, empleando para su corte el hilo de diamante, y, una vez dividido en secciones manejables por potentes grúas, su traslado a su actual emplazamiento. Es de resaltar la perdurabilidad de las técnicas constructivas mudéjares vigentes desde el alto medievo, hasta llegar a emplearse en construcciones militares defensivas ya del siglo XVIII, como podemos apreciar en la textura de sus paramentos .

Aún no finalizados completamente los trabajos, esperaremos a su culminación para dar una impresión más completa con todos los elemento de juicio a nuestra disposición.

Fotografías por Cristóbal Coleto García (salvo indicación de otra fuente o autor).

Julio Real González

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