En este momento estás viendo Escudos franquistas: inminentes retiradas en el Ministerio de Asuntos Exteriores.

Escudos franquistas: inminentes retiradas en el Ministerio de Asuntos Exteriores.

Ya prácticamente han desaparecido en su totalidad del escenario urbano madrileño los símbolos que recuerdan el régimen del Estado Español presidido por el general Franco, vigentes en la totalidad del territorio nacional entre 1939 y 1975. Distintas disposiciones normativas emanadas de los poderes legislativos desde el inicio de la Transición Democrática a partir de 1977 permitieron la eliminación paulatina de toda simbología considerada exaltadora, a nivel personal o colectivo, tanto del levantamiento militar del 18 de julio de 1936, de la consiguiente guerra Civil, así como de la misma Dictadura Franquista.

En Madrid, tras la victoria electoral por mayoría absoluta del PSOE, y bajo la alcaldía del profesor madrileño D. Enrique Tierno Galván (1918-1986), se procedió a una radical transformación del nomenclator de sus vías y plazas con la eliminación de nombres de personalidades, colectivos e instituciones que se consideraban vinculados con el régimen franquista.

La Ley 52/2007, de 26 de diciembre, por la que se reconocen y amplían derechos y se establecen medidas a favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la guerra civil y la dictadura, popularmente conocida como “Ley de Memoria Histórica”, dio un fuerte impulso a estas iniciativas, en tanto sigue su trámite parlamentario el Proyecto de Ley Democrática, llamada a sucederle.

En consecuencia, en aplicación de la Ley actualmente vigente, y en concreto en la disposición titulada “Símbolos franquistas”(1), próximamente se va a proceder a la retirada de los escudos del Estado Español, oficiales hasta 1981, existentes en las torres esquineras de la ampliación del edificio sede del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación Internacional.

El referido edificio, diseñado en 1941 por los hermanos Pedro (1893-1952) y José María Muguruza Otaño (1899-1984), fue construido entre 1945 y 1950 en el solar que habían ocupado las antiguas instalaciones ampliatorias del Palacio de la Audiencia, y que fueron el resultado de la remodelación efectuada bajo el rey Carlos III, a partir de 1786, del antiguo oratorio y convento del Salvador, levantado en 1658, en lo que se denominaban las “traseras” de la antigua “Real Cárcel de Corte”, sede principal y representativa desde 1901 del ya referido Ministerio de Asuntos Exteriores tras la supresión del Ministerio de Ultramar a causa del latrocinio efectuado de los territorios españoles de Cuba, Puerto Rico, Filipinas, las Carolinas, y la Micronesia, tras la guerra desencadenada por el imperialismo estadounidense que culminó con su abrumadora superioridad naval y armamentística en la demoledora derrota española de 1898.

Torre esquinera occidental de la ampliación del Ministerio de AA.EE. mostrando la desaparición del escudo franquista meridional, y el ocultamiento del aún subsistente de la fachada oriental.
Foto 1: Torre esquinera occidental de la ampliación del Ministerio de AA.EE. mostrando la desaparición del escudo franquista meridional, y el ocultamiento del aún subsistente de la fachada oriental.

En el presente edificio ampliatorio realizado en el estilo arquitectónico neoescurialense tan divulgado en los primeros 15 años del régimen presidido por el general Franco, y que trata de armonizar en cierta medida con el bellísimo edificio protobarroco de la antigua Cárcel de Corte, nos situamos frente a la fachada de más amplio desarrollo, correspondiente a su lateral meridional, y que se alza en la calle de la Concepción Jerónima. Su torre esquinera meridional (foto 1), en su cuerpo superior, evidencia en su frente sur que el antiguo escudo del régimen franquista ya ha sido retirado, mostrando el rectángulo ciego en yeso que servirá de base al escudo actualmente vigente aprobado por la Ley 33/1981 de 5 de octubre; sin embargo la fachada del frente oriental aún deja entrever la subsistencia del escudo del anterior régimen, oculto bajo un lienzo blanco.

Torre esquinera oriental, en el que se repite la situación de la anteriormente descrita: desaparición del escudo franquista meridional, y el ocultamiento del aún subsistente de la fachada occidental.
Foto 2: Torre esquinera oriental, en el que se repite la situación de la anteriormente descrita: desaparición del escudo franquista meridional, y el ocultamiento del aún subsistente de la fachada occidental.

Descendiendo la calle hasta su confluencia con las del Duque de Rivas, y del Salvador, apreciamos la torre esquinera occidental (foto 2).

Se repite idéntica y prácticamente simétrica situación en relación a la torre anteriormente observada. Base rectangular ciega preparada para recibir el nuevo escudo actualmente vigente en su fachada meridional; y blasón del anterior régimen cubierto de lienzo blanco en espera de su retirada.

Blasón del régimen del Estado Español actualmente subsistente en el acceso de entrada a la ampliación del Ministerio de AA.EE., en la calle del Salvador.
Foto 3: Blasón del régimen del Estado Español actualmente subsistente en el acceso de entrada a la ampliación del Ministerio de AA.EE., en la calle del Salvador.

Ascendiendo por la calle del Salvador, y situados frente a su acceso exterior principal, sobre el cual un balcón muestra un frontón curvo partido que acoge otro blasón del Estado Español (foto 3), en este caso se trata una variante del oficial, en cuyo diseño y realización se suprimieron el águila de San Juan, así como la filacteria con la divisa “Una, Grande y Libre”, y las columnas de Herakles, fueron sustituidas por dos roleos decorativos.

Vista general del Palacio de Santa Cruz, edificado entre 1629 y 1636, fue sucesiva sede de la Sala de Alcaldes de Casa y Corte y Real Cárcel de Corte, Palacio de Justicia, Ministerio de Ultramar y, actualmente y desde 1938, Ministerio de Asuntos Exteriores.
Foto 4: Vista general del Palacio de Santa Cruz, edificado entre 1629 y 1636, fue sucesiva sede de la Sala de Alcaldes de Casa y Corte y Real Cárcel de Corte, Palacio de Justicia, Ministerio de Ultramar y, actualmente y desde 1938, Ministerio de Asuntos Exteriores.

Llegados a la plaza de Santa Cruz podemos contemplar el bello y armónico edificio principal del Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación Internacional, antigua Cárcel de Corte (foto 4). Es el más notable edificio público civil edificado bajo el reinado de Felipe IV. Proyectado en 1629 por el conquense Juan Gómez de Mora (1586-1648), fueron dirigidos los trabajos de construcción por él mismo así como por el argamasillero maestro de obras Cristóbal de Aguilera (¿-?-1647), aunque también colaboró el maestro de obras y escultor albaceteño Alonso Carbonel (1583-1660).

Fachada principal de la antigua Cárcel de Corte, elaborada en granito y concebida a modo de gran portada-retablo, fruto del genio postherreriano del gran Gómez de Mora..
Foto 5: Fachada principal de la antigua Cárcel de Corte, elaborada en granito y concebida a modo de gran portada-retablo, fruto del genio postherreriano del gran Gómez de Mora.

Encaminándonos a la plaza de la Provincia, contemplamos su magnífica portada principal (foto 5). Elaborada en piedra berroqueña, y concebida a modo de retablo que bebe de la arquitectura herreriana, abarca las plantas sótano, baja, principal y buhardillas bajo cubiertas.

Se compone de tres calles, dos cuerpos y ático. La parte inferior la integran tres entradas adinteladas, siendo algo mayor la central como destinada al acceso de carruajes, y se encuentran flanqueadas cada una de ellas de pares de columnas toscanas sobre plintos, adelantándose algo sobre el resto de la fachada el ingreso central. Los dinteles de los accesos laterales ostentan sendas cartelas conmemorativas; la de la izquierda conmemora la construcción del edificio bajo el reinado de Felipe IV con la fecha de su finalización en 1636; y la de la derecha su dedicación en 1901, bajo el reinado de Alfonso XIII, a Ministerio de Estado, equivalente a su actual dedicación a los Asuntos Exteriores.

En el segundo cuerpo se abren tres balcones, con idéntico programa de flanqueamiento de columnas a la del piso inferior. Los balcones laterales, también adintelados y con molduración de “orejas” en las esquinas, se cubren por medio de frontispicios triangulares. El balcón central, también adintelado y dotado de molduración orejera se cubre con guardapolvo. El ático se alza sobre los tres cuerpos, teniendo su principal desarrollo sobre la calle central en la que desaparece el entablamento decorado con triglifos que orna las calles laterales. Compuesto de un cuerpo rectangular delimitado por dos pares de pilastras cajeadas, en segundo plano las de los extremos, culmina en un frontón triangular. Ambos laterales inferiores del ático se apoyan en sendos aletones. El frontispicio es culminado en su vértice por una escultura que representa al arcángel San Miguel, cuyo brazo derecho, actualmente mutilado al faltarle la mano y parte del antebrazo, enarbolaba una espada. Asimismo, a ambos lados del arcángel, sobre los extremos laterales del frontispicio, así como en la parte inferior de los aletones, se levantaban otras cuatro estatuas representando a las virtudes cardinales: Templanza, Prudencia, Fortaleza y Justicia. Aunque algunas de ellas cayeron de sus emplazamientos a la vía pública, a consecuencia del terremoto de Lisboa acaecido en 1755, sufriendo los consiguientes daños, fueron prontamente restauradas y restituidas a sus lugares de origen. Todas estas esculturas fueron elaboradas por el pintor y escultor madrileño Sebastián de Herrera Barnuevo (1619-1671). Evidentemente, el estado que presenta actualmente la escultura del ángel reclama una más que justificada restauración en su conjunto, así como la restitución del antebrazo derecho perdido y de la espada que blandía. Por otra parte, nos preguntamos si no sería posible realizar una réplica de las esculturas de las virtudes cardinales, retiradas en algún momento indeterminado de finales del siglo XIX y de las que desconocemos si aún se conservan en algún olvidado almacén. Estas esculturas indudablemente dinamizarían, al ser colocadas en sus emplazamientos originales, el remate de esta preciosa fachada-portada del final del estilo herreriano, enriqueciéndola con un carácter escenográfico que tan característico fue del pleno Barroco.

Gran escudo central de Carlos III que campea en el ático de la fachada-portada.
Foto 6: Gran escudo central de Carlos III que campea en el ático de la fachada-portada.

Asimismo, el gran escudo barroco de Felipe IV que campeaba en medio del ático era obra suya; sin embargo, sería sustituido en 1786 por el escudo de armas del rey Carlos III (foto 6), que es el actualmente existente, manteniéndose del antiguo la corona real abierta, así como la condecoración del Toisón de oro. Los escudos de Castilla y León que ornan las dos torres esquineras se atribuyen, asimismo a Herrera Barnuevo (foto 7).

Torre esquinera meridional de la antigua Cárcel de Corte, con los escudos de Castilla y León.
Foto 7: Torre esquinera meridional de la antigua Cárcel de Corte, con los escudos de Castilla y León.

Retomando el tema original que justificaba la realización del presente reportaje, es decir la retirada de los blasones del anterior régimen político que adornaban los edificios públicos durante su vigencia, podemos afirmar que pocos ejemplos subsisten en la actualidad en la geografía urbana de la capital del Reino.

Imaginamos que el próximo blasón en ser retirado será el aún subsistente en la fachada trasera del antiguo Salón del Reinos que formó parte del Real Palacio del Buen Retiro, que se alza en la calle de Felipe IV, y el principal motivo que lo justifica es el inicio de su próxima reforma para ser integrado entre las dependencias del Museo Nacional de Pintura y Escultura del Prado, bajo proyecto de Norman Foster. Por otra parte, dudamos mucho que vaya a ser retirado el muy vistoso escudo franquista, de aspecto realmente antañón, que luce una de las portadas del Instituto de San Isidro en la calle de Toledo, próxima en su confluencia con la calle de los Estudios.

Fotografías: Julio Real González.

Notas al pie:

(1): Establece que los «escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones conmemorativas de exaltación personal o colectiva del levantamiento militar, de la Guerra Civil y de la represión de la dictadura» deberán ser retiradas de los edificios y espacios públicos. La retirada «no será de aplicación cuando […] concurran razones artísticas, arquitectónicas, o artístico-religiosas protegidas por la ley», lo cual podrá aplicarse a iglesias y templos de culto.

Julio Real González

Deja una respuesta

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.