Este grupo escultórico, situado en la Dalieda de San Francisco, es el único que queda de los cuatro que esculpió Santiago Costa para adornar el pilón de la fuente de Villanueva, diseñada por el arquitecto Victor D’ors, que en 1952 se colocó en la glorieta de San Vicente. Actualmente, sin el pilón original, la fuente está en paseo de Camoens.
La talla, en este lugar desde 2007, parece estar pensando en los avatares sufridos por el convento de San Francisco hasta acabar en este estado.
El convento comenzó su andadura allá por el año 1217 como una pequeña ermita fundada por san Francisco de Asís –il poverello d’Assisi– y, con sus más y sus menos, acabó cual rosario de la aurora, engullido por la modernización de la ciudad y la construcción de la avenida de los Reyes Católicos, actual Gran Vía de San Francisco, a finales de la década de los 50 del siglo pasado.
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Perfecto D. Pablo
Muy interesante artículo. Y muy buenas las fotos.