El pasado 15 de octubre la cadena SER finalizó su histórica transmisión madrileña en 810 kilohercios. Un mes más tarde, Radio Nacional de España ha anunciado que también se sube al carro de la supresión de emisiones en ésta banda. Decisiones con incógnitas todavía por despejar.
En el momento de redactarse el presente artículo, RNE estaba transmitiendo una locución varias veces al día avisando del apagado de sus emisiones en onda media, banda de radiodifusión que cubre de 530 a 1602 ó 1700 kilohercios (dependiendo de los países).
Varios foros y grupos de redes sociales especializados en radio, y que cuentan con profesionales del medio entre sus participantes, están avanzando la fecha del apagón para algún momento de 2026, e informan de centros emisores de otras provincias que ya estarían desconectados o trabajando a potencia muy reducida. Todo hace pensar que si RNE y SER dan éstos primeros pasos, las otras entidades que están presentes en esa parte del dial (Cope y Onda Cero) no tardarán mucho en hacer lo mismo de manera total o parcial, y la Onda Media quede como una cosa del pasado o con una presencia muy testimonial. Los terrenos que albergan algunas de las antenas son además un botín muy tentador para futuros pelotazos inmobiliarios.
Madrid no sería de las provincias más perjudicadas por la supresión, pues por su mayor densidad de población, su mapa está muy bien dotado de emisoras de radio para todos los gustos en FM y en el nuevo sistema europeo DAB+. Pero la España rural tiene todavía huecos de cobertura adonde no llega la FM y mucho menos el DAB+. Una solución intermedia -entre conservar todo y desmantelar todo- podría ser mantener cinco centros emisores dispuestos como los puntos que forman el “5” en un dado, más o menos en Galicia, Cataluña, Toledo, Badajoz y Murcia, para asegurar cobertura básica al territorio nacional. Emergencias recientes como el apagón eléctrico de abril o las inundaciones de Valencia de 2024 han demostrado la importancia de mantener sistemas de comunicación alternativos en un mundo que está apostando demasiadas cosas a la única carta de Internet.
Queda además un problema, el de la futura estabilidad del sistema: la onda media lleva funcionando un siglo con la misma tecnología. Un receptor de la época de Marconi, si está bien conservado y cuidado, puede recibir perfectamente las transmisiones actuales, y un receptor de 2025 captar las de una emisora con tecnología de la época de Marconi. Algo parecido ocurre con la FM, que lleva con nosotros unos 60 años (aunque su gran despegue en España fue hace 40). En solo 20 años, el DAB a secas ya ha pasado a DAB+. Precedente y riesgo de que en el futuro algún político se saque de la manga un hipotético DAB+2 y entremos en una dinámica de obsolescencias programadas similar a la de las resintonizaciones de la TDT. Más aparatos a la basura. Más empresas sacando dinero al ciudadano de a pie…
Algunos países donde se ha producido ya éste cambio han asegurado la supervivencia de la onda media con las llamadas emisoras LPAM (Low Power AM radio). Una manera de crear estaciones locales de baja potencia que mantengan vivo éste patrimonio histórico de las ondas.
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