Desde este pasado 11 de julio ha cesado en sus funciones el puente que unía las inmediaciones de la plaza de la República Argentina con el cruce de la Avenida de América, tras medio siglo de servicio ininterrumpido a la ciudad. El consistorio ha ordenado su derribo al hallarse fisuras que ponían en riesgo su estructura, pues ante el hundimiento en 2018 del viaducto del arroyo Polcevera en una autopista de la ciudad de Génova se ha extremado el celo con ésta clase de construcciones.
El puente es producto de la gran reforma del eje de las Rondas del Ensanche que se llevó a cabo en el año 1969, y elevaba el tráfico de los carriles principales de las calles de Joaquín Costa y Francisco Silvela por encima de las calles de López de Hoyos y del Príncipe de Vergara. Durante un tiempo albergó bajo sus vanos a los autobuses articulados de la antigua Continental-Auto que partían hacia Torrejón de Ardoz y Alcalá de Henares, antes de la construcción del actual intercambiador subterráneo de la Avenida de América.
Se ha desalojado a todos los coches que aparcaban bajo dichos vanos, y los carriles han sido bloqueados por vallas de plástico y el tráfico de toda la zona reconducido por otros lugares, lo que hace presagiar grandes problemas de circulación en el momento que desaparezca la actual coincidencia de período vacacional y emergencia sanitaria, máxime cuando se empiece a instalar en el lugar la maquinaria que va a requerir la demolición.
Todavía es muy pronto para augurar lo que va a ocurrir en los próximos meses en éste tramo de las Rondas, pues no se sabe si la demolición va a hacerse en la totalidad de la obra, o bien solamente se va a retirar el tablero, para aprovechar los pilares y estribos y tender sobre ellos un tablero nuevo. Incluso en el caso de que la desaparición del puente vaya a ser integral, tampoco están muy claras las condiciones en que se plantea restablecer el tráfico. La opción de un túnel parece muy complicada, al estar la obra junto a la estación de la Avenida de América, el mayor nudo de comunicaciones de toda la red del Metro. La línea 6 no pasa directamente bajo el eje de la ronda, sino que se desvía ligeramente, bajo el edificio de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, para no tocar los pilares del puente, pero muy cerca, y a una cota más superficial, tenemos la línea 4.
Las otras dos alternativas serían la construcción de un puente con tecnología más moderna (del estilo al existente en el nudo del Puente de los Franceses, de diseño más esbelto que los mamotretos habituales en los años 60 y 70) o la resolución en superficie de todas las intersecciones por medio de semáforos, es decir, el retorno al statu quo anterior a 1969. Esta última opción sería la más atractiva a nivel paisajístico, para eliminar la barrera visual que supone la infraestructura, pero necesitaría algún tipo de medida complementaria en el transporte público (carriles exclusivos para autobuses y/o refuerzo de las frecuencias de paso del Metro de la línea 6).
Fotografías por Juan Pedro Esteve García salvo que se indique otra fuente.
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Muy buena reforma, pero mi desilusión. Preferiría el antiguo bulevar de andén central.
Y recuperar los bulevares históricos de andén central en las calles:
Marqués de Urquijo, Alberto Aguilera, Carranza, Sagasta; en las rondas de Atocha, Valencia y Toledo; las calles: Velázquez, Príncipe de Vergara, Menéndez Pelayo (hasta Ciudad de Barcelona-antes Pacífico-)
Y en el Gran Paseo de Ronda: Reina Victoria, Raimundo Fernández Villaverde, Joaquín Costa, Francisco Silvela y Doctor Esquerdo).
Así como Calle Ferrocarril, Paseo Delicias y la Glorieta Emperador Carlos V.