Un informe ha despertado la alarma en Patrimonio. El tramo de muralla árabe sito en el parque del Emir Mohammed I se está deteriorando a pasos agigantados, y si no se pone remedio pronto Madrid perderá su monumento más antiguo, vestigio de su nacimiento como ciudad.
El estudio elaborado por expertos en Patrimonio es claro: el entorno en el que se encuentra la muralla árabe resulta altamente nocivo para su conservación, socavando sus cimientos y perjudicando la superficie de sus muros. Urge, por tanto, encontrar una solución. La propuesta de los técnicos, de acometer una nueva restauración, reforzando los cimientos y protegiendo a la muralla con grandes muros de metacrilato ha sido desestimada por el ayuntamiento. El motivo del rechazo se encuentra en otro informe, en concreto en una estadística elaborada por el área de Turismo a comienzos de este año, donde, entre otros datos, se indicaba que tan sólo un 29% de los madrileños conocía la existencia de la muralla árabe y únicamente el 16,5% sabía de su ubicación; entre los turistas que visitan nuestra ciudad los porcentajes caían aún más estrepitosamente: 4,2% y 1,80%, respectivamente.
Una de las principales causas que se manejaban para explicar tan desastrosas cifras era el hecho de que por su emplazamiento la muralla pasaba bastante desapercibida para vecinos y visitantes. Por lo tanto, el ayuntamiento llegó a contemplar la posibilidad de trasladar la muralla a un nuevo emplazamiento donde se pusiera en valor. La idea, que fue aparcada por falta de presupuesto, ha sido rescatada ante las graves noticias del deterioro que está sufriendo.
Aunque se han aportado varios emplazamientos son dos las alternativas principales que está manejando el ayuntamiento. La primera de ellas sería situar el tramo de muralla junto a los Jerónimos, un entorno cultural privilegiado que cuenta con millones de visitas; la segunda -quizás más polémica- sería reutilizar el material de la muralla para erigir un monumento dedicado a la interculturalidad, homenajeando así a los diversos pueblos y razas que han poblado y pueblan Madrid y que se levantaría en algún parque público.
Dada la importancia del monumento el destino final de estas piedras milenarias será sometido a votación entre los madrileños a comienzos del próximo año.
Fotografías por Mario Sánchez Cachero
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NOTA: Efectivamente, como muchos habéis adivinado, la noticia es falsa. Se trata de una inocentada con la que tan sólo pretendíamos arrancaros una sonrisa.
Que un monumento no sea muy conocido no quiere decir que no tenga relevancia. Que lo den a conocer y lo valoren en el Ayuntamiento, para empezar. En el mundo del arte y el patrimonio no pueden imperar los criterios estadísticos de mercado. Es lamentable. Espero que no se les ocurra cambiarlo de lugar. Una muralla solo se explica debidamente en su ubicación original pues solo así se entiende su utilidad.
Hola, Concha.
Aunque bajo el aspecto de una tradicional inocentada, el artículo no deja de ser una llamada de atención sobre la situación en que se encuentra parte de nuestro patrimonio, bastante descuidado y poco conocido por gran parte de los madrileños. Pensamos que la muralla, tanto árabe como cristiana, es un claro ejemplo de ello.
Las estadísticas manejadas en el artículo son fruto de nuestra imaginación, aunque es posible que no se encuentren muy alejadas de la realidad.
Un cordial saludo y muchas gracias por tu comentario.