La primera fotografía de la historia no es francesa… es madrileña

Un hallazgo fortuito

La historia de este descubrimiento comenzó durante unas obras de reforma en una vivienda de la calle de la Palma, en Madrid. Al derribar un tabique falso en la buhardilla, se descubrió un hueco oculto que contenía, entre otros objetos, un juego de lentes y un pequeño baúl de madera. Tras examinar su contenido y valorar su posible relevancia, el propietario decidió entregar la caja y el resto de los objetos al Museo de Historia de Madrid.

La sorpresa del Museo

El baúl contenía varias cartas personales firmadas con el nombre de Inocencio, así como otras dirigidas a él, con fechas comprendidas entre agosto de 1807 y abril de 1808. También había legajos con anotaciones y descripciones detalladas sobre procedimientos químicos para fijar imágenes.

Entre los objetos se encontraban tres placas de vidrio que parecían ser fotografías muy antiguas. Dos de ellas mostraban figuras humanas no identificadas, vestidas con ropas que podrían corresponder a finales del siglo XVIII o comienzos del XIX. La tercera, sin embargo, retrataba los muros del Parque de Monteleón durante los sucesos del 2 de mayo de 1808: humo denso de pólvora, cañones y varias personas armadas en posiciones de combate.

La reacción fue inmediata: aquello no podía ser cierto; la fotografía aún no existía en esa fecha. Sin embargo, el contexto arqueológico en que se hallaron las placas coincidía perfectamente con las fechas. ¿Se trataba de una burla? ¿O de una falsificación sofisticada?

Los análisis científicos confirman su autenticidad

Tanto las placas como los documentos fueron sometidos a un examen exhaustivo por un equipo multidisciplinar. Los resultados preliminares confirmaron que no había señales de falsificación. La capa fotosensible, formada por colodión sensibilizado con nitrato de plata, revelaba técnicas idénticas al proceso al colodión húmedo. La base de vidrio, la pátina de oxidación, los sellos y el papel coincidían con principios del siglo XIX, y los análisis químicos avanzados confirmaban una antigüedad de más de dos siglos.

El detalle que desafía aún más la historia

El verdadero elemento perturbador no consiste únicamente en adelantar unos veinte años la fecha oficial del invento de la fotografía —Vista desde la ventana en Le Gras, tomada por Joseph Nicéphore Niépce hacia 1826–1827—. La auténtica sorpresa está en que la captura de fotografía en movimiento —con personas caminando u otros elementos dinámicos en una calle y con relativa nitidez— no se logró técnicamente hasta mediados del siglo XIX.

El rostro de héroes del 2 de Mayo

La primera imagen fija conocida ya no es un paisaje sereno de Borgoña, sino el último aliento de resistencia del pueblo de Madrid el 2 de mayo de 1808. Por primera vez, podemos contemplar los rostros reales de los protagonistas del 2 de mayo de 1808, sin las interpretaciones románticas o idealizadas de pintores y grabadores posteriores.

¿Por qué este posible pionero de la fotografía, Inocencio —de quien no conocemos su apellido—, nunca divulgó su logro? Una hipótesis apunta al temor a la represión francesa tras el levantamiento. Pero si así fue, ¿por qué no lo hizo después de la guerra? ¿Acaso murió sin poder revelar su secreto?

Las placas y los documentos permanecen bajo estricta custodia. Su presentación pública está prevista para los primeros meses de 2026, probablemente en el Museo de Historia de Madrid o el Museo del Ejército, e incluirá las piezas originales, ampliaciones digitales restauradas y un informe técnico completo.

El Gato Bloguero
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