Desde el 29 de octubre de 1434 hasta el 7 de enero de 1435, un periodo de lluvias intensas y constantes, acompañadas de tormentas de nieve, azotó Madrid. Los caminos se volvieron intransitables, lo que dificultó el transporte de alimentos y otros recursos esenciales, y los molinos quedaron fuera de servicio, lo que impidió la producción de harina y pan, esenciales para la alimentación diaria. Este fenómeno afectó de manera generalizada a toda Castilla, y en algunas áreas las malas condiciones se extendieron hasta el 25 de marzo de 1435.
La escasez alimentaria alcanzó niveles extremos. Durante más de 40 días, la población se vio forzada a subsistir casi exclusivamente con trigo cocido, ya que no se disponía de otros alimentos frescos ni básicos. Este fenómeno de carestía desbordó la capacidad de la población para hacer frente a la situación, causando una grave escasez de alimentos y un incremento desmesurado de los precios. La falta de alimentos generó una crisis de hambre, malnutrición y enfermedades asociadas, lo que resultó en un notable aumento de la mortalidad. La tensión social también creció a medida que los recursos escaseaban y la población sufría bajo condiciones extremas.
La destrucción de infraestructuras clave, que no podían ser reparadas debido a las malas condiciones climáticas, dificultó la comunicación entre las localidades, agravando aún más la situación de aislamiento que padecieron muchas zonas de Castilla.

Además, estas condiciones meteorológicas extremas provocaron la pérdida masiva de ganado, un recurso esencial en la economía rural medieval, tanto para la producción alimentaria como para el transporte. Esta pérdida agravó aún más la escasez de alimentos y recursos, intensificando la crisis ya existente.
Este desastre pone de manifiesto la fragilidad del sistema feudal y de subsistencia de la época, profundamente dependiente de la agricultura, el comercio local y el ganado. Las catástrofes naturales, como las lluvias intensas o las olas de frío, podían interrumpir por completo la cadena de producción y distribución de alimentos, sumiendo a las poblaciones en situaciones de extrema penuria. En este contexto, la capacidad de recuperación de las comunidades era limitada, lo que prolongó la miseria durante mucho tiempo y dejó una huella profunda en la memoria colectiva de las generaciones futuras.
Bibliografía
- Pinelo, León. «Anales de Madrid hasta el año de 1658.» [Manuscrito]. Biblioteca Nacional de España.
Imágenes
- La imagen de portada se ha extraído de «Madrid, territorio medieval», editado por la Comunidad de Madrid en 2001.
- La imágenes de las páginas se han extraído de «Anales de Madrid hasta el año de 1658.» [Manuscrito].
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