Cada 27 de julio, en un rincón silencioso del centro de Madrid, tiene lugar un fenómeno que ha desconcertado a fieles y curiosos durante siglos: una pequeña ampolla que contiene lo que se considera la sangre de San Pantaleón parece pasar, de forma inexplicable, de un estado sólido (coagulado) a líquido. Este fenómeno ocurre en el Monasterio de la Encarnación y, desde hace generaciones, muchos lo han interpretado como un milagro. Al mismo tiempo, ha despertado el interés de científicos y estudiosos del patrimonio.