«Él lo vio… Noche negra, luz de infierno…
Hedor de sangre y pólvora, gemidos…
Unos brazos abiertos, extendidos
en ese gesto de dolor eterno.
Una farola en tierra casi alumbra,
con un halo amarillo que horripila,
de los fusiles la uniforme fila
monótona y brutal en la penumbra.