Detalle Muerte de Daoiz y defensa del Parque de Monteleón, de Manuel Castellano

La muerte de Daoiz y Velarde

La mañana del 2 de mayo de 1808 los tres mil hombres que componían la guarnición de Madrid permanecieron acuartelados sobre las armas, acatando  las órdenes dadas por el capitán general de Madrid y Castilla la Nueva, Francisco Javier Negrete, según las instrucciones impartidas por el ministro de la Guerra Gonzalo O’Farrill. Sin embargo, unos pocos militares, testigos de la desigual lucha del pueblo madrileño frente a las tropas francesas, contravinieron las órdenes para unirse a sus compatriotas contra el invasor. Entre estos militares los que mayor gloria han alcanzado han sido los capitanes de artillería Luis Daoiz y Pedro Velarde, quienes dirigieron, y pagaron con su vida, la infructuosa defensa del Parque de Artillería de Monteleón aquel día.

En el presente artículo efectuaremos un sucinto recorrido por algunos de los testimonios en los que se describe la muerte de ambos héroes, extraídos de obras de teatro, grabados, pinturas y memorias, así como del análisis de peritos forenses y que iremos exponiendo siguiendo el orden que dicta la cronología.

Luis Daoiz y Pedro Velarde. Breve reseña biográfica

Daoíz y Velarde y Arco de Monteleón
Daoiz y Velarde y Arco de Monteleón
El grupo escultórico, obra de Antonio Sola, muestra a ambos militares jurando ser víctimas de las tropas del usurpador, antes que humillarse a su perfidia.
Fuente: Memoria de Madrid.

El sevillano Luis Daoiz y Torres nació en 1767 e ingresó como cadete del Real Colegio de Artillería de Segovia en 1782. Finalizados sus estudios participó en varias campañas en el norte de África, en la Guerra del Rosellón y en la defensa de varias plazas españolas en América frente a los ataques ingleses. Fue ascendido a capitán en 1800 y en 1807 fue destinado como comandante de la batería del parque de Artillería  de Monteleón.

Por su parte, Pedro Velarde y Santillán había nacido en 1779 en Muriedas (Cantabria). Al igual que Daoiz, ingresó siendo niño en el  Real Colegio de Artillería de Segovia, de la que llegaría a ser profesor en 1804, el mismo año en que alcanzaba el grado de capitán. Dos años más tarde obtuvo un cargo en el Estado Mayor como  secretario de la Junta Superior Económica del Cuerpo de Artillería, por lo que fue trasladado a Madrid.

Dada su gran valía y la amplitud de sus conocimientos no solamente militares, sino también matemáticos y científicos, ambos militares recibieron en diferentes momentos de su vida ofertas para unirse al ejército francés,  propuesta que ambos rechazaron sin dudar. Además, recelando del aumento del poder y de los efectivos galos en suelo español desde su entrada en España en 1807, elaboraron un plan destinado a producir un alzamiento general por toda España con el fin de expulsarles del país, pero el proyecto no se llevaría a cabo por la falta de respaldo gubernamental.

La mañana del Dos de Mayo de 1808 sus destinos se vieron trágicamente unidos en un fatal desenlace al tratar de impedir, junto a poco más de centenar de civiles y unos setenta soldados,  que los franceses se hicieran con el parque de artillería, un recinto militar si fortificar, sito en el barrio de Maravillas y en el que se custodiaban piezas de artillería de diversos calibres junto a una gran cantidad de armas y municiones.

Las cuatro estampas conocidas como «Día dos de mayo de 1808 en Madrid»

Nuestro primer testimonio es gráfico. El 11 de noviembre de 1808  la Gaceta de Madrid informaba de la concesión del privilegio real a José Arrojo para grabar las láminas de  cuatro dibujos en los que se narraban los sucesos acaecidos el día dos de mayo en la plazuela del Palacio Real, parque de Artillería, Puerta del Sol y paseo del Prado.

La Gaceta de Madrid, 11 noviembre 1808.
La Gaceta de Madrid, 11 noviembre 1808.

 

Sin embargo, el curso de los acontecimientos iba a provocar un retraso de su publicación de más de cuatro años. Y es que cuando se notificó esta concesión, ya en plena guerra contra los franceses, Madrid se encontraba en manos españolas tras la huida de las tropas francesas ocasionada por su derrota en Bailén; sin embargo, a primeros de noviembre los franceses tras vencer en las batallas de Gamonal y Espinosa de los Monteros tenían el camino expedito hasta Madrid, que ocupan de nuevo tras vencer la última resistencia española en Somosierra el 30 de noviembre. No se dispuso por tanto de tiempo para grabar las láminas desde su anuncio y con Madrid en manos francesas resultaba del todo impensable la difusión de tales estampas rememorando el Dos de Mayo. La ciudad seguirá en manos francesas, salvo un breve periodo en 1812, hasta el 17 de marzo de 1813, fecha en que definitivamente abandonarán Madrid para no regresar.  El grabado de las láminas se retomó  y ya a comienzo de junio la prensa advertía de que se encontraban disponibles a a la venta en la librería de Quiroga, sita en la calle de las Carretas.

Diario de Madrid, 11 junio 1813.
Diario de Madrid, 11 junio 1813.

Se ignora la autoría de los dibujos de las láminas -posiblemente fueran profesores de la Academia de San Fernando- y sólo se sabe quién grabó la primera de ellas, que no fue otro que el grabador de Cámara de S.M. Fernando VII, Tomás López de Enguídanos. Es posible que Francisco Martí de Paula, de quien hablaremos en el siguiente capítulo, fuera otro de los grabadores.

Mueren Daoiz y Velarde defendiendo el Parque de Artilleria. Grabado
Mueren Daoiz y Velarde defendiendo el Parque de Artillería.
Estampa sobre papel verjurado : buril y aguafuerte; huella de la plancha 340 x 420 mm, 1813
Fuente: Biblioteca Nacional de España.

El texto que acompaña al grabado Mueren Daoiz y Velarde defendiendo el Parque de Artillería explica cómo:

«Mientras una parte del pueblo pelea en las calles, otra corre por armas al Parque de Artillería. Los franceses envían tropas para apoderarse de él, y la guardia española, compuesta de una compañía de voluntarios de estado las hace prisioneras de guerra. Daoiz y Velarde ambos capitanes de artillería, sitúan cinco cañones para resistir á las nuevas fuerzas que lleguen. Suple el pueblo la escasez de artilleros, y las mugeres distribuyen cartuchos y municiones. Atacan por todas  partes numerosas columnas enemigas: á los primeros tiros cae herido Ruiz teniente de la guardia, y lo es mortalmente Velarde. Daoiz causa un terrible destrozo en los franceses con un cañon, en el que se emplea como comandante y artillero. Uno de los xefes enemigos hace seña de paz con un pañuelo blanco. Engañado el valiente Daoiz suspende el fuego, y aprovechando los franceses este intervalo, se arrojan alevosamente sobre él, traspasandole el pecho.»

Fijemos en nuestra atención en algunos detalles que iremos comparando en las diferentes versiones en un intento de averiguar la verdad de los hechos , pues como veremos existen discrepancias entre los testimonios que expondremos:

1) La muerte de Velarde, víctima de la fusilería francesa, antecede a la de Daoiz.

2) Un oficial francés porta una bandera blanca solicitando parlamentar, mas se trata de un ardid que esconde un ataque a traición.

3) Daoiz es herido mortalmente víctima del engaño francés.

Por último, antes de cerrar el tema de estos grabados, sólo indicar la gran popularidad de que gozaron estas láminas, que fueron objeto de nuevas -y aumentadas- tiradas, además de servir de fuente de inspiración para proyectos similares.

Gaceta de Madrid del 27 diciembre 1814 anunciando una nueva tirada de esta colección de estampas incrementada con cuatro nuevo episodios junto con la mejora de las cuatro ya existentes.
Gaceta de Madrid del 27 diciembre 1814 anunciando una nueva tirada de esta colección de estampas incrementada con cuatro nuevo episodios junto con la mejora de las cuatro ya existentes.

La muerte de Daoiz y Velarde, tragedia teatral de Francisco de Paula Martí

El setabense Francisco de Paula Martí además de grabador de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando- como hemos indicado antes-, fue también el fundador de la primera escuela de taquigrafía española -nacida al amparo de la Real Sociedad Económica Matritense de Amigos del País-, así como autor de varias obras teatrales, siendo esta faceta suya el motivo de aparecer citado en este articulo, en concreto por su tragedia en verso y tres actos «El Día dos de mayo de 1808 en Madrid y muerte heroica de Daoiz y Velarde»,  estrenada en el Coliseo del Príncipe  el 9 de julio de 1813.

Presume Martí en el prólogo de esta tragedia de haber sido testigo de los sucesos que narra: «Los materiales para Componer esta tragedia los recogí el dia 2 de mayo de 1808 en las plazas y calles de Madrid por mis propios ojos. ¡No me lo han contado ! yo , yo mismo presencié la horrorosa escena».

El segundo acto de la obra se desarrolla en el Parque de Artillería, narrándose en su escena cuarta la muerte de ambos Daoiz y Velarde:

El Día dos de mayo de 1808 en Madrid y muerte heroica de Daoiz y Velarde Francisco de Paula Martí Mora
El Día dos de mayo de 1808 en Madrid y muerte heroica de Daoiz y Velarde.
Tragedia en tres actos en verso por Francisco de Paula Martí Mora.
Fuente: Memoria de Madrid.

«[Mirando hacia la embocadura, de cuyo tiempo saldrá Lalande con un pañuelo blanco puesto como bandera en la espada acompañado de tropa francesa. Daoiz manda suspender el fuego y se adelanta con Velarde y los demás hasta cerca de la embocadura]

DAOIZ

Suspended un momento el fuego amigos:

y pues con señas de paz los vemos,

vamos a saber que es lo que quieren.

SEBASTIÁN

Señor Capitán desconfie de ellos

que esta gente no tiene buena cara

para que hacer puedan nada bueno.

DAOIZ

Sin embargo, escucharles es preciso.

LALANDE

Señores oficiales, según creo

deben estar ustedes enterados

que estas hostilidades contra el Pueblo,

es la intencion que vayan dirigidas

por castigar su vil atrevimiento,

la mofa repetida, los insultos

que nuestro general está sufriendo,

y nosotros tambien, y es muy preciso

á su grande insolencia poner freno:

esto no entiende con la tropa,

por lo que estoy seguro y cierto

de que a ustedes han comunicado

las ordenes que para el intento

a todos los oficiales y soldados

de parte de su general les dieron

y es estraño que unos militares

de honor, quebranten los preceptos,

que reciben de sus superiores.

DAOIZ

Que esas ordenes dieron es muy cierto;

pero falta saber si pudo darlas

quien las dió, y si tenemos

precisa obligacion de obedecerlas.

En estas circunstancias sé que debo

desecharlas, puesto que me consta

que esos gefes viles y protervos

á la perfidia francesa están vendidos,

y como español, Militar y caballero

cumpliendo con mi Rey con mi Patria,

defendiendo a entrambos con esfuerzo

debo morir.

LALANDE

Sois un vil español.

DAOIZ

Yo haré que conozcais bien presto

que nadie me insulta impunemente.

Medid conmigo ese cobarde azero.

UN SOLDADO FRANCES [Al tiempo que Daoiz se pone como en disposicion de batirse con Lalande el soldado le atraviesa con el sable]

¡Sacre matin! Bugre español fripon.

DAOIZ [Hace el movimiento que el natural al sentir la herida y acuden dos del pueblo á sostenerle mientras habla]

Ah! traydor!… Ah, infame!…Yo soy muerto!

¡Oh amigo Velarde… Yo te encargo

que vengues… este asesinato fiero. [Muere y le retiran de la escena]

VELARDE (lleno de furor)

¡Traydores! Perfidos, viles cobardes,

Gabilla infame de asesinos fieros.

Yo escarmentare tan barbara osadia

¡Pero ó santos y divinos cielos! [Velarde al ver la muerte de su amigo Daoiz enviste furioso contra Lalande; al mismo tiempo los soldados franceses se ponen delante de él dirigiendo las puntas de las bayonetas, le dan de bayonetazos, y los del pueblo le sostienen en pie hasta que muere y despues se lo llevan sacandole de la escena]

Venganza amigos… Defended la Patria…

y jamas… os sugeteis á estos perversos.»

Resumiendo, en esta pieza teatral:

1) La muerte de Velarde es posterior a la de Daoiz, víctimas ambos de las bayonetas francesas.

2) Un oficial francés porta una bandera blanca solicitando parlamentar.

3) Daoiz es herido mortalmente a traición durante una discusión con un oficial francés durante la tregua del alto el fuego. En este caso se aporta el nombre del militar francés: Lalande, que en el catálogo de los personajes es descrito como un comandante francés. ¿Es Lalande una deformación de Lagrange, al que citan otros testimonios?

Los recuerdos del teniente Arango

El teniente y ayudante del Real Cuerpo de Artillería Rafael de Arango fue otro de los militares que desoyeron  la orden  de mantenerse al margen de los acontecimientos aquella  mañana y participó en la defensa del Parque de Artillería junto a Daoiz y Velarde.  En 1837, retirado como Coronel de Caballería en La Habana -ciudad que le viera nacer en 1788-  volcó al papel los recuerdos de aquella jornada en un libro que tituló El dos de mayo. Manifestación de los acontecimientos del Parque de Artillería de Madrid, en el que narraba los hechos de  «La memorable defensa del parque de artillería en Madrid el día 2 de mayo de 1808, la defensa de un parque de nombre, pues que, solo era una casa particular, descubierta y presentada a tres calles por donde fué vigorosamente acometida, la defensa obstinadísima que sustentaron no mas que 22 artilleros entre oficiales, sargentos, cabos y soldados, y unos 80 paisanos, contra numerosos cuerpos de franceses aguerridos que atacaban sucesivamente; la defensa en que después de agotados todos los recursos del valor, no se rindieron sino a la muerte los dos nombres estraordinarios que allí fueron á buscarla reflexivamente, para no sobrevivir el cautiverio de su rey, esta defensa es lo me propongo manifestar ahora».

Arango describe así los momentos finales en Monteleón el Dos de Mayo:

«[…] Fue el caso de que en aquello criticos momentos se divisó por la calle del frente de la puerta, un capitan de granaderos del Estado; que á toda carrera venia flameando un pañuelo blanco. Suspendiose el fuego a la voz de DAOIZ, y corrió VELARDE a la calle del ataque, para proponer al comandante que se detuviera, y sno volveria á romper el fuego. Este mando hacer alto á su batallon, y para daruna señal de seguridad y confianza, mando poner los fusiles culatas arriba; y él con tres ó  cuatro oficiales se adelantaron como para entrar en esplicaciones.  Jadeando y casi sin poder hablar, llegó por fin el capitan y dijo a DAOIZ: «que era enviado por nuestro gobierno para hacerle sentir la indignacion con que habia sabido la locura con que estaba precipitando al pueblo, y esponiendole las consecuencias mas desastrosas…» No sé si tendria mas que decir el plenipotenciario, de un gobierno cautivado, ni cual hubiera sido la respuesta de DAOIZ; porque nadie pudo hablar mas, interrupiendo y pasmando á todos uno de los valentisimos que nos acompañaban en trage de chispero, que dio tal empellon á uno de los oficiales franceses que adelantaron mas para oir la embajada, que lo derribó de espaldas y gritó al mismo tiempo, viva Fernando VII, añadiendo por interjeccion cierta palabra condenada a no ser escrita. Estaba en aquel instante mismo con la mecha en la mano un artillero, y sin que nadie se lo mandase, y quizá sin saber él mismo lo que hacia en el arrobamiento en que hubo de ponerle aquella invocacion, dió fuego a la pieza, que aunque cargada en bala rasa tuvo donde cebarse en aquel enjambre de franceses tan á quema ropa, que sobrecogidos se abandonaron al espanto de tal estrago, de modo que los de retaguardia se dispersaron y huyeron precipitadamente, y los de la cabeza que no cayeron imploraron clemencia, rindiendo ó arrojando las armas […]»

Tras este ataque a traición por parte española se reanudan los combates en el Parque:

«[…] vimos que la primera subdivision de la columna se habia echado los fusiles á la cara. Tal vez nos hubieran barrido á todos, hasta á los prisioneros franceses, si no se hubiera aparecido el marqués de San Simon, que revestido de todas sus insignias militares, se metió por debajo de los fusiles y los hizo levantar con su voz y su bastón. Mas no pudo evitar que saliesen algunos tiros, de los que uno hirió…¡a VELARDE!… en el centro de su gran corazón. Cayó súbitamente: pero fué aun mas súbita la feroz rapiña de la soldadesca triunfante, pues por pronto que acudimos, oh dolor! hallamos despojado y desnudo aquel cuerpo que había sido feliz y precioso depósito de valor heroico y de mucho saber, y que vino á parar… ¡en ser envuelto en el lienzo de una tienda de campaña : para llevarlo ó su casa!…
Al mismo tiempo de este lamentable suceso, porque todo pasaba con la rápida, la instantánea movilidad del encarnizamiento,
el general francés reconvino ásperamente a Daoiz, que fue lo mismo que excitar y provocar la cólera del León. Tal pareció el ceñudo español, que aún tenía empuñado su sable, sin duda con el propósito de que victorioso o muerto no más volviese a la vaina: y respondió acometiendo al general, que nada caballero y magnánimo no se contentó con parar el golpe, sino que permitió que cinco o seis de sus oficiales y soldados acribillaran a estocadas y bayonetazos a su nobilísimo adversario […]»

Daoiz fallecería horas más tarde a consecuencia de estas heridas:

«[…] todavía respiraba cuando llegamos a socorrerle; lo cargamos y condujimos a un cuarto inmediato a la puerta, y teniéndolo yo recostado sobre mi pecho corrió su sangre espirituosa por mi vestido. Su aspecto allí era el de un héroe moribundo, a quien no solamente rodeaban nuestros suspiros, nuestra admiración, nuestro respeto, sino que algunos franceses, con recogimiento sentimental, se acercaron a contemplarle y ofrecer sus servicios; con tal solicitud que uno de los cirujanos, posponiendo sus propios heridos, se ocupó en curar a Daoiz y hasta mandó a la botica por una bebida que le hizo tomar a cucharadas. Todo fue infructuoso […] En tal extremidad lo llevaron a su casa, donde exhaló el último aliento de su perseverancia en la lealtad española».

En conclusión, Arango recoge cómo:

1) Un oficial francés porta una bandera blanca solicitando parlamentar. La tregua es rota a traición por los españoles.

2) La muerte de Velarde, víctima de un disparo en el corazón, antecede a la de Daoiz.

3) Daoiz es herido mortalmente a estocadas y bayonetazos durante una discusión con un general francés, aunque no fallece en Monteleón, si no que es traslado a su domicilio, donde expira.

«La muerte de Daoiz en el Parque de Artillería de Monteleón», de Salvador Alenza

La muerte de Daoíz en el Parque de Artillería de Monteleón, de Leonardo Alenza
La muerte de Daoíz en el Parque de Artillería de Monteleón, de Leonardo Alenza.
Fuente: Google Arts& Culture

Resulta significativo que durante los años conocidos como la década ominosa (1823-1833) no se pintaran temas alusivos al Dos de Mayo y habrá que esperar a 1835 para la aparición de un cuadro que retome como tema este episodio de nuestra historia. Se trata de La muerte de Daoíz en el Parque de Artillería de Monteleón, nacido de los pinceles del madrileño Salvador Alenza. Su composición recuerda en algunos aspectos al grabado Mueren Daoíz y Velarde defendiendo el Parque de Artillería, del que ya hemos hablado: al fondo del óleo, el Parque de Artillería y en primer plano los defensores del Parque luchando encarnizadamente contra sus atacantes, destacando del conjunto Daoiz, atravesado por los sables franceses mientras que a sus pies yace Velarde y un oficial francés le señala amenazante enarbolando en su otra mano una bandera blanca.

Extraemos los elementos claves del lienzo de Alenza:

1) La muerte de Velarde antecede a la de Daoiz, aunque no se describe su causa.

2) Un oficial francés porta una bandera blanca solicitando parlamentar.

3) Daoiz es atravesado por los sables franceses mientras aún se encuentra alzada la bandera blanca.

La «Memoria histórica de los principales acontecimientos del dia 2 de Mayo de 1808», de Tamarit

En 1851 se publica la Memoria histórica de los principales acontecimientos del dia 2 de Mayo de 1808 en Madrid, con espresión de las víctimas sacrificadas, rasgos heróicos, casas allanadas por los franceses, apuntes biográficos de Daoiz y Velarde, y su exhumación y funerales en 1814, escrita por Emilio de Tamarit, oficial 3º de cuenta y razón de artillería, escrita según sus propias palabras «Despues de prolijas investigaciones y de consultar á los principales escritores que bajo cualquier concepto han hablado de los gloriosos sucesos que tuvieron lugar el dia 2 de Mayo de 1808 en Madrid».

En relación al asunto que aquí nos ocupa escribe Tamarit:

Memoria histórica de los principales acontecimientos del dia 2 de Mayo de 1808, de Tamarit
«Memoria histórica de los principales acontecimientos del día 2 de Mayo de 1808», de Tamarit.
Fuente: Biblioteca Virtual del Patrimonio Bibliográfico.

«[…] los franceses entretanto no cejaban, y en uno de sus avances fué herido Daoiz en un muslo por no querer ponerse á cubierto de los tiros; mas no por esto fué posible convencerle de que se retirara, pues continuó mandando hasta que dió fin á la metralla, y entonces habiendo hallado Velarde un cajon de piedras de chispa, cargó las dos últimas veces y disparó con ellas sus cañones. La posicion de nuestros dos héroes se hacia cada momento mas grave: Velarde recorria con incansable afan los almacenes por ver si encontraba municiones; los voluntarios de Estado se retiraron al interior del edificio, y Daoiz agobiado por su herida, sin fuerzas ya para mantenerse en pie, permanecia casi solo en medio de la calle apoyado sobre un cañon con la espada en la mano: imposibilitado de sostener el puesto por mas tiempo si no le llegaban auxilios, convencido de que estos no vendrian, ocurriósele fingir que suspendia las hostilidades llamando á capitulacion: en efecto, enarboló un pañuelo blanco en la punta de su espada, é hizo señal al general francés Lagrange quien mandó cesar el fuego, y acercándose á Daoiz entablaron una acalorada disputa, tanto que contestando Lagrange con insultos se puso Daoiz en pie con trabajo y le dijo: Si fuérais capaz de hablar con vuestro sable no me tratariais asi : alzó entonces Lagrange el sable para herir á Daoiz , pero antes de que lo verificara, acertó el exánime artillero español á darle una estocada encima de la ingle derecha de la que un mes despues aun no habia curado. Unas y otras tropas y permanecian espectadoras de aquel parcial combate en que triunfó siempre la arrogancia española: herido el cobarde Lagrange, volvió hacia su tropa gritando: ¡Grenadiers á moi! ¡secours á votre general! y sobre Daoiz los pocos que con él se hallaban, se trabó un combate al arma blanca, en el que recibió Daoiz innumerables heridas, a pesar de que apoyado en el cañon queria evitar los golpes con solo su espada; pero un bayonetazo dado por la espalda por un granadero francés, que fué muerto tambien en el acto de un pistoletazo que disparó á quema ropa cierto paisano, le dejó mortalmente herido. Sabedor Velarde del peligro en que se hallaba su amigo, quiso salir en el momento en que, aprovechando la lucha de Daoiz se precipitaban en tropel dentro del Parque algunos franceses, y entre ellos un oficial de la guardia noble polaca, que disparó villanamente un pistoletazo á quema ropa sobre el intrépido Verlarde y atravesándole el corazon le dejó muerto en el acto: eran los doce del dia […]»

Placa en la casa donde falleció Daoiz.
Placa en la casa donde falleció Daoiz.
Fuente. Memoria de Madrid

Para proseguir unos párrafos adelante con la entrada de los franceses en Monteleón y la huida de sus defensores:

«Aprovechando los artilleros que estaban con Daoiz y algunos paisanos el momento en que los franceses entraban en el Parque ciegos con el afan de ocuparlo, pudieron retirar al moribundo Daoiz y trasladarle á su casa, calle de la Ternera núm 12, en una escalera de mano que facilitó el maestro de coches Juan Pardo, donde aun dió señales de vida, pues reconoció el cuarto en que se hallaba; pero no pudo proferir mas palabras que llamar á su asistente y apretar la mano al sacerdote que le llevaba el Viático: era este sacerdote Fray Roman García, á quien fué avisar á la Parroquia de San Martin el oficial de guardias españolas D Francisco Javier Cabanes: asi selló con su sangre generosa aquel benemérito oficial el juramento de libertad pronunciado pocas horas antes, habiendo dejado de existir á las cuatro de la tarde».

Concuerda Tamarit con Arango en el hecho de que Velarde fue despojado de su uniforme, aunque ignora quién fue el autor de tal rapiña:

«El cadáver de Velarde fué instantáneamente desnudado sin averiguar por quién; pero los mismos valientes que con tanto secundaron su lealtad pocos momentos antes, le envolvieron en tienda de campaña y dejaron retirado en el interior del edificio hasta tres de la tarde hora, en que lo trasladaron paisanos y artilleros á parroquia de San Martin, venciendo mil dificultades, y sin dar á entender á los franceses eran los restos del inmortal artillero

De la narración de Tamarit se describe cómo:

1) Daoiz solicita capitular, pero con la intención oculta de ganar tiempo para la llegada de refuerzos al parque.

2) Se produce una riña entre Daoiz y Lagrange que va a más allá de las palabras. Daoiz hiere a Lagrange quien llama a sus soldados en su ayuda, uno de los cuales le hiere mortalmente con su bayoneta por la espalda.

3) La muerte de Velarde se debe a un disparo en el corazón y es posterior a la disputa de Daoiz. Su óbito se produce a las doce de la mañana.

4) Daoiz es trasladado aún con vida a su casa, donde fallece a las cuatro de la tarde.

5) Velarde es despojado de su uniforme, aunque se desconoce quiénes perpetraron el robo.

Los dos cuadros de Manuel Castellano sobre el Dos de Mayo

Casi treinta años transcurrieron desde la obra de Alenza anteriormente comentada, para que otro artista plasmara de nuevo sobre el lienzo un tema inspirado en el Dos de Mayo.  Surgirá del genio pictórico de Manuel Castellano y lo hará por partida doble, ya que no pinta un único cuadro sino dos: el primero de ellos, Muerte de Daoiz y Defensa del Parque de Monteleón, que obtuvo la medalla de tercera clase  en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1862; el segundo, Muerte de Velarde el dos de mayo de 1808, de nuevo medalla de tercera clase  en la Exposición Nacional de Bellas Artes, esta vez en la de 1864.

Muerte de Daoiz y defensa del Parque de Monteleón, de Manuel Castellano.
Fuente: Memoria de Madrid,
Muerte de Velarde el dos de mayo de 1808, de Manuel Castellano.
Muerte de Velarde el dos de mayo de 1808, de Manuel Castellano.
Fuente: Memoria de Madrid

 

Castellano se inspiró directamente en el relato de Emilio de Tamarit para ambas pinturas, que fueron adquiridas por el Ayuntamiento y adornaron antaño el Salón de Sesiones de la Casa de la Villa. En la actualidad se encuentran expuestas en el Museo de Historia de Madrid.

El 19 de Marzo y el 2 de Mayo, de Benito Pérez Galdos

No podía faltar Pérez Galdós en esta sucinta relación, quien en  El 19 de Marzo y el 2 de Mayo –publicada en 1875- refleja los hechos de la siguiente manera:

«Llegó el instante crítico y terrible. Durante él sentí una mano que se apoyaba en mi brazo. Al volver los ojos vi un brazo azul con charreteras de capitán. Pertenecía a D. Luis Daoíz, que herido en la pierna, hacía esfuerzos por no caer al suelo y se apoyaba en lo que encontró más cerca. Yo extendí mi brazo alrededor de su cintura, y él, cerrando los puños, elevándolos convulsamente al cielo, apretando los dientes y mordiendo después el pomo de su sable, lanzó una imprecación, una blasfemia, que habría hecho desplomar el firmamento, si lo de arriba obedeciera a las voces de abajo. En seguida se habló de capitulación y cesaron  los fuegos. El jefe de las fuerzas francesas acercose a nosotros, y en vez de tratar decorosamente de las condiciones de la rendición, habló a Daoíz de la manera más destemplada y en términos amenazadores y groseros. Nuestro inmortal artillero pronunció entonces aquellas célebres palabras: Si fuerais capaz de hablar con vuestro sable, no me trataríais así. El francés, sin atender a lo que le decía, llamó a los suyos, y en el mismo instante… Ya no hay narración posible, porque todo acabó. Los franceses se arrojaron sobre nosotros con empuje formidable. El primero que cayó fue Daoíz, traspasado el pecho a bayonetazos.  Retrocedimos precipitadamente hacia el interior del parque todos los que pudimos, y como aun en aquel trance espantoso quisiera contenernos D. Pedro Velarde, le mató de un pistoletazo por la espalda un oficial enemigo […]  Yo vi llevar el cuerpo, vivo aún, de Daoíz en hombros de cuatro paisanos, y seguido de apiñado gentío».

En la novela de Galdós :

1) Se menciona una tregua para pactar la capitulación.

2) Durante el cese del fuego el jefe de las fuerzas francesas se encara con Daoiz, surgiendo una discusión entre ellos en la que se pasa de las palabras a los hechos y a resultas de la cual el militar español es herido de muerte por las bayonetas de los soldados franceses.

3) Velarde fallece después de la disputa de Daoiz, como consecuencia de un disparo de pistola que le alcanza en la espalda, efectuado por un oficial francés .

4) Daoiz es retirado del Parque aún con vida por varios paisanos.

El examen forense de sus pendas mortuorias

El 3 de mayo de 1808, a las siete de la tarde, los cadáveres de Daoiz y Velarde eran sepultados en la  iglesia de San Martín. El primero, en el arco de la capilla de Ntra. Sra. de Valvanera; el segundo, a los pies de la iglesia en la misma bóveda, contiguo a un sitio que era conocido como el Jardincillo.

Los cadáveres de Daoiz y Velarde en la cripta de San Martín, de José Nin.
Los cadáveres de Daoiz y Velarde en la cripta de San Martín, de José Nin.
Fuente: Memoria de Madrid

En 2015 se procedió a la restauración de sus prendas mortuorias, recogidas tras la exhumación que el 1 de mayo de 1814 «de la mina de la derribada parroquia de San Martín»  se hizo de sus cadáveres y depositadas en la actualidad en el Real Alcázar de Segovia.

Cortejo fúnebre de Daoíz y Velarde (1814)
Cortejo fúnebre de Daoíz y Velarde (1814).
Fuente: Memoria de Madrid

 

Dado que Daoiz fue enterrado con su uniforme, los resultados de la investigación sobre estas prendas han arrojado luz sobre su muerte: no hubo heridas dorsales, sino que fueron dos los bayonetazos que recibió en el pecho; el hecho de que el rastro de sangre siga un curso vertical indica que Daoiz aún siguió en pie un tiempo tras recibir estas heridas.

Casaca de Daoiz. Fuente: Revista Española de Defensa, septiembre 2015
Casaca de Daoiz.
Fuente: Revista Española de Defensa, septiembre 2015.
Calzón con el que fue enterrado Velarde.
Calzón con el que fue enterrado Velarde.
Fuente: Revista Española de Defensa, septiembre 2015.

Esta investigación no ha podido efectuarse con Velarde, porque no fue enterrado con su uniforme, ya que, como cuentan el teniente Arango y Emilio de Tamarit, fue despojado de sus vestiduras tras su muerte. Emilio de Tamarit aporta además el dato de cómo el cadáver de Velarde fue depositado en la iglesia de San Martín la tarde del dos de mayo y  vestido con un hábito»[…]  envuelto aun en un pedazo de tienda de campaña, colocado sobre una mesa y rodeado de otros seis ó siete paisanos víctimas tambien de la lucha sostenida en aquel terrible dia. Antes de anochecer se presentó en la iglesia un desconocido y dejó un hábito de San Francisco con encargo de ponérselo á D Pedro Velarde, como se ejecutó […]».

Sin embargo, no se han encontrado restos de este hábito. Velarde fue enterrado simplemente vestido con un calzón y un sudario al que sujetaba una sencilla cinta. Quizás la historia del hábito surgió para tratar de ocultar el hecho del expolio que de sus vestiduras sufrió Velarde y que no pudo ser paliado más que unas simples prendas del pueblo llano.

Conclusión

Estos son pues algunos de los testimonios de que disponemos sobre la muerte de Daoiz y Velarde, con sus semejanzas y sus diferencias, provenientes  algunos  de ellos de testigos de primera mano, mientras que otros son fruto de investigadores que recurrieron a las narraciones y recuerdos de estos testigos. ¿Cuánto puso cada uno de su cosecha? ¿Cómo de traicionera fue su memoria, que a veces altera y enreda caprichosa los recuerdos?

¿Cómo murieron  Daoiz y Velarde? Saque el sagaz lector sus conclusiones.

Advertencia

Se ha respetado la ortografía original en todas las citas.

Bibliografía:

.- «El dia dos de mayo de 1808 en Madrid y muerte heroica de Daoiz, y Velarde : tragedia en tres actos en verso». Escrita por Francisco de Paula Martí. Barcelona, 1813,

.- «El dos de mayo. Manifestación de los acontecimientos del Parque de Artillería de Madrid». Escrita por Don Rafael de Arango. La Habana, 1837.

.- «Memoria histórica de los principales acontecimientos del dia 2 de Mayo de 1808 en Madrid, con espresión de las víctimas sacrificadas, rasgos heróicos, casas allanadas por los franceses, apuntes biográficos de Daoiz y Velarde, y su exhumación y funerales en 1814». Escrita por Emilio de Tamarit. Madrid, 1851.

.- «El 19 de Marzo y el 2 de Mayo». Escrito por Benito Pérez Galdós. Madrid, 1875.

.- Biblioteca digital Memoria de Madrid.

.- Biblioteca digital de la Real Academia de la Historia.

.- Catálogo de la exposición «Madrid 1808. Ciudad y Protagonistas». Madrid, 2008.

.- Revista Española de Defensa, septiembre 2015.

.- Biblioteca Virtual del Patrimonio Bibliográfico.

Pablo Jesús Aguilera Concepción
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