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Jardín de Larra. Vuelven las vallas

Observamos novedades en el jardín de Larra tras efectuar una nueva «ronda de inspección» el pasado sábado 25 de mayo del año en curso.

Hace alrededor de un mes pudimos comprobar la desaparición de las últimas vallas de obra que delimitaban el ámbito arqueológico en el que se abrió una gran zanja en la que, entre otros elementos interesantísimos relacionados con los orígenes históricos de Madrid, como fue un basurero con restos de cerámica islámicos, además de restos orgánicos de animales, destacaba especialmente un potente muro de notable longitud y grosor edificado en mampostería, del que inmediatamente atribuímos, tanto por su apariencia como por su ubicación, al primer recinto amurallado de Madrid, en su sector noreste. Por tanto, se podría adscribir al periodo histórico emiral-califal del Mayrit árabe (siglos IX-X d.C.); consta la presentación de un informe preliminar ante la Dirección General de Patrimonio de la Comunidad de Madrid, y el Ayuntamiento de nuestra Villa nos ha confirmado, a falta de la publicación del informe arqueológico definitivo, la identificación de los restos murarios aparecidos, bien en parte, o en su totalidad, con las defensas militares de este primer Madrid islámico.

Así, pues, retiradas las vallas de delimitación de obras del sector ocupado por los restos arqueológicos, que permanecen enterrados a la espera de la aprobación de la correspondiente partida presupuetaria que permita su total excavación, investigación y puesta en valor para disfrute e instrucción de madrileños y foráneos, nos vemos sorprendidos por la instalación de nuevas vallas. Éstas no se instalan en el sector de la zanja arqueológica, sino en el que se encuadra el muro-pretil que ha sido «restaurado» a lo largo de menos de tres meses. Así, podemos comprobar en la primera imagen, cómo el sendero que recorre a media ladera el jardín de Larra vuelve a verse interrumpido por las vallas de obra. En esta ocasión no se ha tenido la delicadeza de colocar un letrero al comienzo del camino en la calle de la Almudena advirtiendo esta circunstancia, por lo que muchos viandantes tras recorrer las tres cuartas partes del camino se ven obligados a retroceder sobre sus pasos hasta el acceso previamente tomado. Hemos podido observar que algún peatón ha preferido arriesgar su integridad física, sin aparentar una mínima condición atlética que garantizase una cierta probabilidad de éxito en el intento; y así, al haber sido talado hace tres meses un hermoso plátano de sombra que se alzaba justo en ese ámbito, interrumpiendo el seto de boj que delimita el lateral occidental del sendero, han accedido a la ladera, de pronunciado desnivel hacia la calle de Bailén, con la ilusoria intención de continuar su peregrinaje hasta la calle de Requena y Plaza de Oriente, en ocasiones con resultados entre grotescos y desastrosos: resbalones y derrapajes con risitas nerviosas en la mayor parte de los casos; y hasta caídas emuladoras de troncos talados rodando por la ladera, gracias a Dios en pocas ocasiones…

No sabemos si ha habido algún contusionado o herido de consideración a fecha de la escritura de la presente crónica.

En la segunda imagen podemos contemplar el aspecto del vallado, nuevamente reinstalado en su acceso desde la calle de Requena. De momento, hace justo una semana no existía ningún cartel que indicara el motivo o razón de las obras. Y tampoco ninguno que indicara la prohibición de personas ajenas a la obra, así que para dentro, aunque el que suscribe llevara zapatos negros de vestir…

Y nos paramos ante uno de los recientes lienzos de bloques blancos de hormigón pintados de gris, que rellenan las lagunas del la muralla-pretil,. En concreto, éste se encuentra en el «codo» que sirve de sostén a la confuencia de las calles del Factor y la de Rebeque. Algún «artista» de incontenible talento y pasión no ha podido reprimirse ante tan magnífico y virginal lienzo y ha decidido inmortalizar su arte gráfico para disfrute del común de los ciudadanos que sufragamos con el pago de los impuestos tan oneroso soporte de la sensibilidad del artista incomprendido, y cuyo resultado podemos apreciar en el tercer daguerrotipo. Evidentemente, el sensible artista manifiesta su formación anglosajona al contemplar la plasticidad y expresividad de su obra.

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El lienzo de hormigón situado más al norte aún mostraba el día 25 sus paramentos libres de decoración de cualquier tipo, según apreciamos en la cuarta imagen. La base del lienzo este-noroeste muestra en su base, que creemos está pendiente de escavación, una acumulación de mampuestos, y de base de hormigón de las propias vallas de obra, según observamos en la quinta imagen. Seguidamente contemplamos, en la foto seis, el área en el que fue abierta una zanja arqueológica, en la que surgió un potente muro de mampostería que nosotros vinculamos especulativamente con el primer recinto amurallado de Madrid, subjetiva apreciación que fue anticipadamente confirmada por al Ayuntamiento de Madrid a consultas del Profesor Castellanos Oñate. Esperan pues, estos importantísimos restos, piadosamente reenterrados, la pertinente autorización y partida presupuestaria correspondiente por parte de la Dirección General de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid, para ser excavados e investigados arqueológicamente en su total extensión, y puestos debidamente rehabilitados a la contemplación e instrucción de todos aquellos que nos interesamos por semejantes «antiguallas».

Tan sólo una semana despues, el 1 de junio, efectuamos una segunda ronda y advertimos avances.

Para comenzar, las vallas de obra han ampliado su área delimitadora, llegando en su extremo norte a la confluencia con la calle de Requena, como podemos contemplar en la foto séptima. Asimismo, se encuentran mejor aseguradas, y unidos los postes por cables de alambre lo que esta vez impide que podamos acceder al interior. Una vista general desde este mismo punto, que recoge la foto octava nos confirma el inicio de los trabajos de nueva remodelación del la muralla-pretil, y advertimos la desparición de los célebres bloque de hormigón en las «lagunas» del murallón. Y para pasmo nuestro, que tuvimos ocasión de apreciar las virtudes de nuestro «artista» de raíz anglosajona, y frustración de las miríadas de visitantes foráneos y madrileños de pro que ya no podrán disfrutar de tan magnífica obra, el ienzo de muro reallizado en bloques de hormigón, en el codo de las calles de Factor y Rebeque, y que servía de soporte a la misma, ¡ha desaparecido! Lo pueden comporbar mirando la novena foto. ¡Qué insensibilidad muestan en contadas ocasiones la de las administraciones públicas ante los exponentes de las más vanguardistas expresiones artísticas manifestadas en el patrimonio común de todos los ciudadanos!

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Concluimos pensando que la Dirección General de Patrimonio de la Comunidad de Madrid no ha dado el «visto bueno» a los trabajos efectuados por la empresa Construcciones ORTIZ bajo las directrices del Ayuntamiento y ha obligado a realizar una reversión de los trabajos efectuados, y a la sustitución de los bloques de hormigón, tran discretos y bien integrados ellos, por mamposería vulgar y corriente. Ojalás se descubra al mismo tiemo la base de la muralla-pretil, ya que restan varias hiladas de mampostería bajo el terraplén.

Y seguimos pendientes del momento en que la Dirección General de Patrimonio decida reabrir la zanja arqueológica para investigar y sacar definitivamente a la luz la muralla emiral- alfial aparecida efímeramente durante diez días y reenterrada en la festividad de San Andrés de 2018.

Julio Real González

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