Iglesia de San Pedro. Patrimonio Cultural y Paisaje Urbano 2

El pretendido traslado de la iglesia primitiva de San Pedro

“No, ésta no es la iglesia primitiva: hubo otra anterior, más cerca de Puerta Cerrada, que luego se trasladó aquí”. Así se afirma en toda tertulia informada que se precie, en libros y blogs que recogen ecos de otros ecos anteriores sin plantearse –¿para qué?– si la voz primera era cierta, y, ya al pie del propio –y resignado– templo actual, altavoz en mano y al cobijo de un paraguas de color, en atropellados paseos guiados a lo largo de nuestras calles más antiguas.

Quintana para lo muy bueno, lo bueno y lo no tan bueno

Iglesia de San Pedro. Patrimonio Cultural y Paisaje Urbano 1
Iglesia de San Pedro.
Fuente: Patrimonio. Cultural y Paisaje Urbano 1

Fue, como en tantas otras cuestiones, el primero en decirlo: el licenciado Jerónimo de Quintana, en su imprescindible Historia de Madrid. Que hubo una primera iglesia de San Pedro distinta de la que él conoció y nosotros conocemos, algo más al norte, en la misma calle del Nuncio, desaparecida ya en vida del cronista. Pero, ¿qué le llevó a pensar tal cosa? Como él mismo indica, la existencia documentada del Beaterio de San Pedro el Viejo, localizado en esa misma zona, que implica que hubo de existir un primitivo y pequeño San Pedro (“el Viejo”), anterior al conservado como tal a lo largo de los siglos, y del cual habría tomado nombre el beaterio.
Aceptada, pues, la duplicidad del edificio, buscó el licenciado motivo para el traslado. Y lo creyó encontrar en la victoria obtenida en 1344 por Alfonso XI en Algeciras: a raíz de ella, y situándonos ya en la villa, los hijos de los cristianos habrían obtenido otra equivalente sobre los hijos de los moros, en una multitudinaria pelea entre ambos grupos entablada con piedras “y otros intrumentos proporcionados con aquella edad”; en acción de gracias por ambas victorias, se habría labrado un San Pedro nuevo y más amplio, abandonándose el primitivo. Historiadores ya modernos, vista la sonrojante por escasa consistencia del argumento, han intentado encontrar motivos menos anecdóticos, aunque sin cuestionar para nada la propia duplicidad del templo: Montero Vallejo, por ejemplo, sugirió como posible desencadenante del traslado la guarda y defensa del enclave estratégico donde se localizaban las fuentes de San Pedro, frente a las disputas por el terreno con colaciones limítrofes (disputas que, por otro lado, no constan en absoluto).
Así, ya lo hemos dicho, es como se acepta que ocurrió el episodio; su relato deja patente el buen saber del guía o escritor y satisface la curiosidad del oyente o lector. Pero a poco que uno se pare en los detalles y busque o pregunte, el barco comienza a hacer aguas, el globo se desinfla.

El beaterio de San Pedro el Viejo

Estuvo situado, en palabras de Quintana, “como van de la Iglesia de San Pedro a la casa donde al presente viue el Nuncio de su Santidad, vn poco más adelante a la misma acera”, en una casa comprada con tal motivo por Rodrigo de Vargas; posiblemente se tratase de la actual calle del Nuncio, a la altura de los números 5 a 9. Las beatas “andauan vestidas con sayas blancas y mantos de buriel”, y los lunes y sábados de cada semana asistían a la misa que los curas de la muy próxima parroquia de San Pedro oficiaban en el recogimiento. En 1512 pasaron a profesar la orden de San Francisco, trasladándose entonces al monasterio de la Concepción Francisca, fundado por doña Beatriz Galindo en la manzana comprendida entre la plaza de la Cebada, la calle de Toledo y la Cava Alta, junto al hospital de La Latina. En cuanto al origen de su nombre, Quintana aclaró “que (lo) llamaron de San Pedro el viejo, por vna Iglesia pequeña dedicada a este Apóstol, que estaua junto a él”.
En razón de su cercanía al mentado beaterio, Quintana ubica ese primitivo y pequeño San Pedro “más arriba (del actual), como van desde la puerta que cae enfrente de la sacristía, a la puerta que llaman Cerrada, a mano derecha casi al medio de la calle, en vna casa que aora haze esquina a otra que está a espaldas del alholí de la Villa”. Dicho alholí era el granero o pósito llamado de Puerta Cerrada, situado en la esquina entre Cava Baja y Almendro (donde la actual Posada del Dragón),enfrente del Peso de los Costales de Puerta Cerrada (acera izquierda de la Cava Baja, entre San Bruno y Grafal), por lo que habría que ubicar ese supuesto primer San Pedro en la esquina de la calle del Nuncio con la travesía del Almendro.
Hay que indicar, sin embargo, que la denominación “de San Pedro el Viejo” que se adjudica al beaterio dista de estar comprobada; el licenciado aseguró haberla encontrado en un breve de Julio II del 12 de noviembre de 1512 que autorizaba a las beatas a trasladar a su nuevo emplazamiento los huesos de ciertos difuntos enterrados en San Pedro el Viejo, así como en una provisión del Cardenal Cisneros de 20 de mayo de 1514 acerca del mismo asunto; pero no consta en ningún lugar el texto exacto de ambos documentos. Además, las menciones encontradas en los Libros de Acuerdos del Concejo nombran el establecimiento como “las beatas”, sin más detalles (actas de 20 y 27 de febrero de 1503 y 7 de febrero de 1504). Cabe, pues, ser cautelosos con tal denominación –traducción, además, del latín en que estaría redactado el breve pontificio– en tanto no se pueda comprobar documentalmente.
Y es el mismo Quintana quien afirma que el recogimiento fue fundado por doña Marina Mexía, esposa del alcaide madrileño Francisco de Ávila, bajo la regla de San Jerónimo y la advocación de la Concepción de Nuestra Señora, para acoger en él a seis mujeres “hijasdalgo”, que habrían de vivir con “grande exemplo de virtud, honestidad y recogimiento”. E indica, también, que tal fundación ocurrió en el año 1448… ¿1448? Entonces, habiéndose fundado en tal fecha, ¿cómo pudo el beaterio tomar su nombre por ubicarse junto a un templo ¡desaparecido un siglo antes!, en 1344 (recordemos, victoria de Algeciras, pedrea generalizada de la chiquillería madrileña)? Ya vemos que las fechas no concuerdan en absoluto… y menos todavía si dirigimos la vista al San Pedro que hoy
conocemos.

Iglesia de San Pedro (plano de Texeira, 1656).
Iglesia de San Pedro.
Plano de Texeira, 1656

La fábrica actual de San Pedro

El templo actual de San Pedro es uno de los escasos y por ello muy preciados restos de nuestro Madrid medieval. Cronistas pasados lo fechaban en el siglo XIV, probablemente influidos por la endeble tradición del traslado más que por su arquitectura visible. Pero arqueólogos actuales de todo crédito (Abad Castro y Caballero Zoreda, fundamentalmente) llevan su erección al siglo XIII, aunque sin llegar a acordar si ocurrió en sus inicios o ya en las últimas décadas. Siglo XIII, en todo caso, adjudicable con cierto grado de seguridad al conjunto de su fábrica, no sólo a la emblemática torre. Lo cual convierte en inviable esa supuesta nueva construcción de 1344.

Iglesia de San Pedro. Patrimonio Cultural y Paisaje Urbano
Iglesia de San Pedro.
Patrimonio Cultural y Paisaje Urbano

Persiste, de todos modos una incógnita. 1202, Fuero de Madrid, y precisando más, quizá incluso 1194, Carta de Otorgamiento: ya tenían carta de naturaleza las conocidas como “diez parroquias del
Fuero”, o precisando de nuevo pues es así como lo indica ese texto, las diez “colaciones”. ¿Significa esto que ya existían los edificios materiales de los diez templos? Entonces, ¿por qué los restos actuales del de San Pedro parecen irse, como pronto, a las primeras décadas del siglo XIII? ¿Hubo un edificio primitivo muy básico construido en algún momento del siglo XII que luego, a inicios del XIII, se completó hasta tomar la forma que hoy conocemos? Parece lo más probable; pero, en cualquier caso, no se habría tratado ni de un traslado ni de una reconstrucción de nueva planta realizada en fecha tan tardía como la que propone la tradición.
Faltan datos, lamentablemente, para rellenar la laguna de esas décadas oscuras en que comenzó a construirse la naciente villa cristiana. Pero sobran, parece, y retornando a lo que nos ocupaba, para desechar la idea de un San Pedro itinerante fruto de una pedrea entre chiquillos. Todo sea por una historia de Madrid basada sobre todo en lo estrictamente histórico.

BIBLIOGRAFÍA

– ABAD CASTRO, Concepción: Arquitectura mudéjar religiosa en el arzobispado de Toledo. Toledo: Caja de Ahorros (1991).
El templo medieval de San Pedro el Viejo”, en Madrid Histórico, nº 38 (2012), pp. 66-73.
– CABALLERO ZOREDA, Luis: “Cómo se construye una torre mudéjar. La torre de la iglesia de San Pedro el Viejo de Madrid”, en Arqueología de la Arquitectura, nº 3 (2004), pp. 39-60.
– MONTERO VALLEJO, Manuel: El Madrid medieval. Madrid: Avapiés (1987), pp. 149-150.
– PÉREZ DE LOS RÍOS, Carmen: “La iglesia de San Pedro el Viejo de Madrid. Etapas constructivas, intervenciones y estado actual”, en Actas del Séptimo Congreso Nacional de Historia de la Construcción, Santiago (octubre 2011), pp. 1065-1075.
– QUINTANA, Jerónimo de: A la muy antigua, noble y coronada villa de Madrid. Historia de su antigüedad, nobleza y grandeza. Madrid (1629). Para la iglesia primitiva, fol. 70r-71v; para el beaterio, fol. 100v-101v.

Lecturas relacionadas

– CASTELLANOS OÑATE, José Manuel: La iglesia medieval de San Pedro, en La Gatera de la Villa nº 23.

José Manuel Castellanos Oñate

Esta entrada tiene un comentario

  1. Carmen Porras

    Muy interesante. Me encanta esa iglesia que, afortunadamente, sigue en pie.

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