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Almendro y Cava Baja: la recuperación de la muralla, a buen ritmo.

Los trabajos de acondicionamiento de los solares de titularidad municipal, existentes en los números 15 a 17 de la calle del Almendro, y 22 de la Cava Baja compartido con el nº 3 de la anteriormente mencionada calle del Almendro, marchan a buen ritmo y con progresos notables a la vista, según hemos comprobado a mediodía de la víspera de la Solemnidad de la NATIVIDAD de Jesucristo de este feneciente año 2016.

Foto 1: Vista de la planta baja del desaparecido edificio del siglo XIX que sirve de tapia-verja de cerramiento.
Fotografía por Julio Real González.

Nuestra mirada se centra en primer lugar en la planta baja del desaparecido edificio de viviendas decimonónico del nº 22 de la Cava Baja (foto 1). Tras el derribo de este edificio a comienzos de los años 80 del siglo XX, se conservó la fachada de la planta baja, que fue enfoscada de cemento, condenándose sus tres grandes ventanales, y conservándose solamente el portal para el acceso al solar. En la actual intervención se ha eliminado el horrendo enfoscado, recuperándose de esta forma la vista del basamento de granito, los huecos originales se han dotado de gruesos barrotes metálicos que permiten la visión del solar interior, y se ha restaurado la muy deteriorada puerta de madera de doble hoja. Seguramente, el ladrillo, que ahora está a la vista, será recubierto de un enfoscado adecuado al finalizarse los trabajos.

Al aproximarnos a uno de los grandes ventanales abalconados de esta planta baja, somos conscientes del rápido progreso de los trabajos de adecuación del solar interior como zona verde de titularidad municipal para disfrute de los ciudadanos.

Foto 2: Vista del pavimento de baldosa cerámica y ladrillo que recrea en planta el discurrir de la muralla cristiana del Siglo XII en este sector.
Fotografía por Julio Real González.

En primer lugar, nos sorprende agradablemente constatar que la Administración del Municipio ha tenido la sensibilidad de reconocer la importancia de nuestro patrimonio histórico-artístico. Se ha recreado en planta el discurrir de parte de un lienzo de la muralla castellana, así como uno de sus cubos semicilíndricos, que efectivamente se alzaban en este ámbito (foto 2).

Este yacimiento arqueológico fue investigado por los arqueólogos D. Luis Caballero y Dª Araceli Zurita en el último trimestre de 1983. Sus resultados fueron extremadamente importantes para un mejor conocimiento de la historia del período medieval madrileño. Excavado el solar en una extensión de 52 metros cuadrados, se constató la existencia de una fosa de cimentación sobre el terreno natural, tras eliminar los constructores de la muralla un potente depósito de escombros que los referidos arqueólogos interpretaron como los restos de un previo arrabal islámico de los siglos X- XI; no obstante, no existe unanimidad al respecto ya que otro arqueólogo, D. Álvaro Soler, en 1987, interpretó la existencia de estos “escombros” como resultado de la existencia de un “muladar” o basurero, que fue colmatando una zona irregular y abarrancada. En suma, en este solar se ha documentado la existencia de un tramo de muralla de unos 2,5 m. de grosor y unos cuatro metros de longitud, parte de la cual se percibe aún a la vista, aunque enmascarada por posteriores utilizaciones de su estructura muraria, que esperamos sea recuperada y restaurada en su plenitud. Asimismo, apareció parte del cubo semicircular, que se ha recreado en el recientemente instalado pavimento cerámico. A pesar de que en fechas recientes hemos comprobado que se abrió una zanja en orientación sureste en toda la extensión del solar de Cava Baja nº 22, desconocemos los resultados de estos sondeos, suponemos que arqueológicos, y muy breves forzosamente, al haberse ejecutado con tanta rapidez los trabajos de pavimentación de recreación en planta de la muralla (foto 3).

Foto 3: Visión en orientación suroeste que presenta el pavimento que recrea en planta el lienzo de la muralla y su cubo semicircular.
Fotografía por Julio Real González.

Una última sorpresa la constituye el hecho de que la fachada medianera con la finca nº 24 de la Cava Baja ha sido despojada de enfoscados que la ocultaban, dejando a la vista un hermoso paramento de aparejo toledano (foto 4). Dada su configuración y que el edificio demolido databa del siglo XIX, pensamos que este muro sea un resto “fosilizado” de la construcción primigenia que fue edificada en este mismo solar, a partir de finales del siglo XV y primer tercio del siglo XVI, época en que el Concejo madrileño autorizó la edificación adosada a la fachada extramuros de la muralla del siglo XII, y para tal fin se lotificaron los solares a edificar, utilizándose los cubos de la muralla como hitos separadores entre solares. En este caso, el muro de mampostería y verdugadas de ladrillo sería levantado como muro divisorio entre dos propiedades inmobiliarias previamente asignadas a distintos propietarios, y posiblemente levantado en el momento en que se edificaron las viviendas en los inicios del reinado de Carlos I.

Foto 4: Vista general del muro de aparejo toledano, datable posiblemente en el primer tercio del siglo XVI, aparecido en la fachada medianera con el inmueble nº 24 de la Cava Baja.
Fotografía por Julio Real González.

BIBLIOGRAFÍA:

  • GEA ORTIGAS, Isabel, y CASTELLANOS OÑATE, José Manuel (2008). Madrid musulmán, judío y cristiano. Las murallas medievales de Madrid. La Librería. Madrid.
  • MALALANA UREÑA, Antonio (2011). Madrid. Génesis y evolución de la muralla del siglo XII. La Librería. Madrid.
  • ORTEGA VIDA, Javier y MARÍN PERELLÓN Francisco José,
  • -Directores- (2004). La Forma de la Villa de Madrid. Soporte gráfico para la información histórica de la ciudad. Comunidad de Madrid.
Julio Real González

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